En la línea que marcó su abogado defensor en la primera sesión del juicio, el exconseller de Interior Joaquim Forn se desmarcó ayer de la estrategia política del líder de ERC, Oriol Junqueras. Así, accedió a responder a la fiscalía y la abogacía del Estado, lo que le permitió defenderse directamente de las acusaciones lanzadas a modo de preguntas. En un momento de su declaración, afirmó que el número de efectivos destinados al 1-0 era superior a unas elecciones y, en este caso, era un referéndum «ilegal». A instancia su letrado, Javier Melero, añadió después: «La independencia se tenía que declarar dos días después del referéndum y no se hizo».

Antes había explicado que anunciar los resultados del 1-O «era una forma de forzar una negociación con el Estado» y que el motivo por el que no se declaró la independencia fue que no existía ya la sindicatura electoral, tras la amenaza del Tribunal Constitucional de multar a sus miembros por saltarse su prohibición de celebrar la consultar. En este sentido, detalló que «fue una declaración política», sin efectos jurídicos, lo aprobado por el Parlament el 27 de octubre del 2017. Su abogado preguntó: «¿Hubo alguien que pensó que había un nuevo Estado?» Él contestó: «Lo que hubo en ese momento fueron discursos políticos en la escalera» en la cámara catalana. Ahondó señalando que las resoluciones no se publicaron en ningún diario oficial, ni se aprobó su desarrollo, ni se comunicó al Gobierno español nada, ni se llamó a los consulados extranjeros.

El fiscal versó sus preguntas inciales en la actuación de los Mossos, de los que el exconseller dijo que «no recibieron nunca instrucciones políticas». Explicó que cuando el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, le propuso ser el resposable del departamento de Interior, le contestó que compartía con él «el compromiso del referéndum», pero que habría requerimientos judiciales que serían cumplidos por la policía de la Generalitat. Así, sostuvo que el 25 de octubre en una reunión en el Palacio de la Generalitat se discutió si convocar elecciones o declarar la independencia. Señaló que él y Puigdemont era partidarios de convocar elecciones y así frenar la aplicación del artículo155, pero que como las «personas que tenían que contestar de Madrid no terminaron de hacerlo», y hasta los representantes del PP en el Senado dieron a entender que a pesar de la convocatoria se suspendería la autonomía, por lo que se optó por hacer la declaración y suspender sus efectos.

En cuanto a la actuación de los Mossos, fue categórico: «Ningún acto de los mossos fue contrario a la Constitución». Separó así su compromiso político que emana del Parlament y del Govern de las competencias que ejercían «a la perfección» los Mossos, que ejecutaron los mandamientos judiciales. Las preguntas a cómo tuvo que salir la secretaria judicial que encabezaba la comisión judicial que registró el 20 de septiembre del 2017 la Consejería de Economía, por la azotea del edificio, llevó al exconseller a calificar de «un poco peliculeros» los relatos de la acusación pública, a la vez que atribuyó a la Guardia Civil el dejar sus armas en sus vehículos. Respecto al 1-O, Forn explicó que los Mossos, no platearon que podía haber «violencia generalizada, sino actos puntuales».