Isabel Celaá hereda un ministerio sumido en la indefinición. Con una ley vigente, la Lomce, desactivada en sus aristas más polémicas y un frustrado intento de alcanzar el pacto de Estado de Educación. También debería acabar con los recortes presupuestarios y normalizar la relaciones con Cataluña. En el este último punto no parece que albergue muchas dudas. En su toma de posesión defendió las «lenguas autonómicas» como «cauce de pensamiento y de sentimiento». «Son lenguas españolas en las que nos reconocemos», destacó. Fin de los ataques a la inmersión lingüística. Tampoco tirará la toalla ante la posibilidad de alcanzar el pacto de Estado por la Educación cuyas negociaciones rompió el propio PSOE. Aunque con mucha prudencia, anunció que explorará «las posibilidades de retomar las negociaciones». De los recortes no se habló en absoluto. Por el momento habrá que trabajar con los Presupuestos del PP.