Felipe VI conmemoró ayer los cinco años de su reinado con una apelación a «la senda de la convivencia» y reafirmando su compromiso de seguir sirviendo al conjunto de los españoles con una confianza plena en un «destino colectivo en democracia y libertad».

El Rey lanzó este mensaje en su intervención en el acto que ha presidido en el Palacio Real junto a doña Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía con motivo de cumplirse ese quinto aniversario de su llegada al trono y en el que impuso 41 condecoraciones de la orden del mérito civil a otros tantos ciudadanos de toda España.

Un acto a semejanza del que se celebró al cumplirse el primer aniversario de su reinado y en el que estuvieron presentes tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell.

Las personas condecoradas son las que muestran esa «senda de la convivencia», según resaltó el monarca, quien no hizo referencia explícita en ningún momento a asuntos concretos que pueden afectarla como la situación en Cataluña.

Sí reiteró la vocación integradora de la Corona, su independencia y neutralidad, así como su promesa de ejemplaridad, dignidad, integridad y capacidad de sacrificio y entrega sin reservas a España que hizo el día de su proclamación ante las Cortes.

Un servicio a todos los españoles que aseguró que desde el primer momento ha guiado todas sus actuaciones como jefe del Estado y una responsabilidad que recalcó que va unida «a una confianza plena en nuestro destino colectivo en democracia y libertad», dijo el Monarca.

El Rey instó a mirar al futuro con ilusión, orgullo y determinación, con la confianza que da la voluntad de los ciudadanos de vivir en concordia y seguir dando pasos hacia un futuro de mayor bienestar y progreso.

El ejemplo de los condecorados le llevó a afirmar que demuestran que España es un gran país, capaz de superar las adversidades, avanzar y progresar. «Un país generoso, lleno de vitalidad y comprometido con los valores democráticos que, por todo ello, no debe temer al futuro».

Felipe VI añadió que España es una nación de personas solidarias y comprometidas con el destino de sus semejantes, generosa, abierta y con gran empuje en la comunidad internacional.

«Somos un país que abraza al mundo, que se responsabiliza con una humanidad que deseamos en paz y en concordia y por la que trabajamos en todos los foros internacionales», añadió.

El Rey felicitó a todos los condecorados tras haberles entregado personalmente una a una sus distinciones y resaltó que hayan dado muestra de un compromiso excepcional con toda la sociedad y que sean la expresión de los mejores valores humanos y un orgullo para España. También elogió su coraje y valentía y que hubiesen actuado en todo momento sin esperar nada a cambio.

Por todo ello, el jefe del Estado mostró su convencimiento de que se han convertido en una referencia ética y moral para las instituciones y ciudadanos españoles.