Silencio absoluto. La comisión de investigación que analiza la financiación irregular del PP no consiguió arrancar ni un monosílabo a Jesús Sepúlveda, excalcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid), a quien interrogaba por su papel en el caso Gürtel. El compareciente es exmarido de la ministra Ana Mato, dimitida en el 2014 por el escándalo de esta trama corrupta, y está pendiente de una sentencia que puede ser hasta de 15 años de prisión.

Ante el Congreso, Sepúlveda se negó a declarar justamente por estar su causa sujeta a una investigación judicial. Su exesposa, que debía comparecer también ayer, pospuso su cita puesto que tenía programada una pequeña intervención quirúrgica. Todavía no hay fecha para que Mato acuda a la Cámara baja pero sí para una nueva ronda de comparecencias, que arrancará el próximo 29 de mayo con las explicaciones de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.

Sepúlveda, que escuchó impertérrito las preguntas y relatos que plantearon los parlamentarios en la comisión de investigación, sí habló en cambio ante el tribunal que le juzgó el año pasado. Admitió entonces haber recibido regalos del cabecilla de la trama, Francisco Correa, pero defendió que fueron como gesto de amistad y no como contraprestación por haber intercedido para que este consiguiera contratos públicos.

Los parlamentarios hicieron ayer un paseo por el pasado de Sepúlveda. Recordaron las lujosas fiestas de cumpleaños de sus hijos, el dispendio en confeti, el Jaguar, los viajes a Laponia, los carísimos regalos para una mujer. En torno a 546.000 euros en regalos.

Para la oposición, son los detalles de una presunta gran red clientelar con la cual el PP financiaba sus campañas electorales, se perpetuaba en el poder madriñeño, y enriquecía ilícitamente a sus cargos públicos.