El exjefe de seguridad del BBVA y excomisario general de la Policía Judicial, Julio Corrochano, ha abonado los 300.000 euros de fianza que le impuso el juez del caso Villarejo para seguir en libertad. Corrochano tenía hasta el próximo día 24 para depositar ante el juzgado dicha fianza, que le impuso el juez Manuel García Castellón el pasado 5 de julio después de que se acogiese a su derecho a no declarar por la pieza en la que se investiga el espionaje que la entidad bancaria supuestamente encargó a Villarejo.

Según han informado fuentes de la Audiencia Nacional, el que fuera responsable de seguridad del banco ya ha abonado esa cantidad, por lo que no tendrá que ingresar en prisión. Sí se le retirará el pasaporte con la prohibición de salir de España y deberá comparecer cada mes en el juzgado más próximo a su domicilio, informa Efe.

En su comparecencia del pasado día 5 ante el juez y los fiscales del caso, Corrochano se acogió a su derecho a no declarar, al igual que otros dos citados ese mismo día: Inés Díaz Ochagavia, que sustituyó a Corrochano como directora de seguridad corporativa, y Nazario Campo Campuzano, jefe del equipo de seguridad.

En esta pieza, que permanece bajo secreto, el juez investiga la relación del BBVA con Cenyt, la empresa de Villarejo, que se cree comenzó en 2004, cuando Sacyr pretendía tomar el control de la entidad. Según la investigación el banco contrató los servicios de Cenyt por 5 millones de euros.

En octubre de 2018, el BBVA explicó que Cenyt había sido proveedor para servicios de asesoría en materia de seguridad e investigación patrimonial de deudores, por lo que esta contratación tenía como objetivo principal localizar morosos.

Corrochano fue llamado a declarar al aparecer su nombre en contratos con Cenyt, al constar en intervenciones telefónicas una conversación suya en la que asegura que el «presi» le llamaba cada diez o quince días, en alusión a Francisco González, conocido como FG, lo que supondría que estaba al corriente de esta operación.

Exministros, periodistas, empresarios y banqueros, entre otros, fueron objeto de este espionaje para el que Villarejo se habría servido de la ayuda, entre otros, de Corrochano.

Los investigadores calculan que llegaron a ser intervenidas más de 15.000 llamadas de miembros del Gobierno, empresarios, instituciones y periodistas.

Estas pesquisas en el caso Villarejo derivaron en la renuncia en marzo de Francisco González como presidente de honor, tras haber dejado en diciembre de presidir la entidad.