El PP tiene ya su nuevo «Código ético y de conducta». Los conservadores lo aprobaron el martes con muchísima discreción, de una manera muy diferente a la que eligieron en el 2009, cuando actualizaron sus normas internas para intentar reaccionar a la indignación que vivía la sociedad por el estallido del caso Gürtel (trajes de Francisco Camps incluidos).

La encargada de presentar hace nueve años aquella nueva versión del código de 1993 fue Ana Mato. En diciembre del 2009, la exdirigente del PP y exministra convocó a la prensa para asegurarles que el compendio de «buenas prácticas» garantizaban que el PP actuaría bajo los principios de «integridad», «ejemplaridad» y «honradez».

En aquel invierno del 2009, Mato y su familia ya habían celebrado cuatro fiestas (tres cumpleaños y una comunión) pagadas por la empresa Special Events, una de las de la trama Gürtel. Todo eso se fue sabiendo en los años siguientes. La política dimitió en noviembre del 2014 cuando era titular de Sanidad con Mariano Rajoy porque el juez la condenó por lucrarse de la red corrupta a través de los regalos que supuestamente le proporcionó su exmarido, Jesús Sepúlveda, que fue alcalde de Pozuelo.

Obligación de firmarlo

Así las cosas, y a la vista de que el código ético ha servido de poco para evitar la corrupción dentro del PP durante las últimas décadas, el partido ha evitado esta vez venderlo ante la prensa. Pese a todo, en la primera de sus 15 hojas, los populares muestran su deseo de que «la normativa interna» se convierta «en un referente en el ámbito político español». La dirección exigirá a todos sus miembros que firmen «una declaración de adhesión al mismo».

Los «principios éticos generales» señalan que «todos los empleados y cargos directivos y orgánicos» no podrán aceptar «ningún trato de favor o situación que implique privilegio o ventaja en su condición de miembros del PP». Llama la atención este apunte después de que el Tribunal Supremo rechazara abrir causa penal contra Pablo Casado por el caso máster, pero admitiera como posible que lo recibiera por «un trato de favor».

El código concreta más que el anterior la posibilidad de recibir cualquier tipo de dádiva. No podrán aceptar «dinero en metálico» ni «invitaciones a comidas, cenas o eventos deportivos de elevado valor económico o los viajes y estancias en hoteles de lujo».