El acto en el que ETA hará oficial su desarme tendrá lugar el 8 de abril en la localidad vascofrancesa de Baiona, será multitudinario y se realizará una invitación expresa a la ciudadanía y a cargos institucionales españoles y franceses.

En una rueda de prensa celebrada precisamente en Baiona, decenas de dirigentes políticos y sociales han arropado a los activistas, autodenominados 'artesanos de la paz', que han asumido la responsabilidad de gestionar el desmantelamiento del arsenal etarra. Michel Berhocoirigoin, expresidente de la Cámara de Agricultura Alternativa del País Vasco y detenido en diciembre en la operaciónde Louhossoa (País vascofrancés), ha recordado que el desarme será "total, con garantías, verificado, compartido y sin condiciones políticas", aunque sí habrá unas "condiciones técnicas". Sin embargo, ha apuntado que posteriormente será necesario abordar diversos aspectos del conflicto, como la situación de los presos o el reconocimiento y reparación para todas las víctimas.

En la comparecencia, los activistas se han mostrado convencidos de que el 8 de abril“seremos miles” entre los ciudadanos que acudan y los representantes de partidos políticos, entidades sociales y agentes económicos. Para arropar el desarme de ETA, han realizado un llamamiento para que todas las personas que deseen “una paz justa y duradera” a que acudan al acto, que se realizará en un lugar aún no determinado.

De igual forma, han mostrado su confianza en que los gobiernos español y francés permitan el proceso de desarme, sin descargar que el Ejecutivo galo pueda llegar a implicarse directamente. Por el contrario, no han querido confirmar si el grupo de verificadores internacionales que han seguido el fin de ETA, encabezados por su portavoz, Ram Manikkalingam, será el encargado de validar el proceso.

POSTURA DEL GOBIERNO VASCO

En paralelo, el Gobierno vasco está dando pasos para dar apoyo institucional al desarme de ETA, aunque reclama “la máxima discreción” para evitar que se frustre. El lendakari Iñigo Urkulluha reiterado que hará cuanto esté en su mano para que el proceso llegue a buen puerto, y de hecho, está actuando como intermediario entre el grupo de verificadores internacionales y el Ejecutivo central. En este esfuerzo se enmarca la entrevista que mantuvo con el presidente Mariano Rajoy, en la que le informó de la intención de ETA de hacer público su plan de desarme.

Desde Vitoria se hace hincapié en que la propuesta de ETA es unilateral y sin contrapartidas, y en que la banda opta por la entrega de armas y no por su destrucción. Además, confía en que Madrid y Paris permitan que se lleve a cabo sin problemas legales para los activistas involucrados. Y aunque mantienen su postura contraria a la dispersión de presos de ETA, consideran un erroque se plantee ahora como “causa-efecto” tras la entrega de las armas.