Casi seis décadas después de su nacimiento y cinco años y medio después de renunciar a la violencia, la banda terrorista ETA culminará hoy su proceso de desarme unilateral, sin haber obtenido concesión alguna del Gobierno. En el que puede ser uno de sus últimos comunicados, los etarras declararon en la madrugada de ayer, a través de una carta enviada a la radiotelevisión británica BBC, que es ya «una organización desarmada», ya que las armas y explosivos que tenía bajo su control «se encuentran en manos de la sociedad civil».

En el texto, dirigido «al pueblo vasco y a la comunidad internacional», no se hace ninguna mención a su posible disolución. La banda, no obstante, advierte de que «el proceso no está completado» pues el «día del desarme» será hoy y todavía pueden producirse, asegura, «ataques de los enemigos de la paz». El objetivo perseguido con la elección de esta metodología para la entrega de las armas se evidencia en el propio comunicado, cuando señala: «Tomamos las armas por el pueblo vasco y ahora las dejamos en sus manos, para seguir dando pasos al objetivo de lograr la paz y la libertad en nuestro pueblo, porque para avanzar en la agenda de soluciones hay que adquirir compromisos». La organización justifica la mediación de varios ciudadanos como un símbolo de que entrega sus arsenales al «pueblo vasco», y no a la justicia ni a la Policía.

En su nota, con fecha de ayer, la banda alude a la labor de los representantes sociales vascofranceses, autodenominados Artesanos de la paz, que han asumido la labor de «mediar» con la banda para entregar las localizaciones de los arsenales a las autoridades del país vecino.

De esta forma, aunque no han trascendido los detalles, tras esta declaración se espera que en las próximas horas se pondrán en manos de los jueces y la fuerzas de seguridad francesas las localizaciones de los arsenales de ETA. Esta entrega se realizará de forma discreta, sin la presencia de medios, y en un lugar situado lejos de Bayona, donde se celebrarán los actos organizados por los Artesanos de la paz. Posteriormente, se hará público el inventario del armamento entregado, que será inmediamente investigado. La fiscalía francesa ha adelantado que ordenará a los cuerpos policiales la incautación de las armas en cuanto reciba la información sobre la ubicación de los zulos.

APOYO DE INSTITUCIONES VASCAS / En su nota, ETA también reconoce «el apoyo» prestado por las instituciones vascas. El Gobierno de Iñigo Urkullu ofreció su colaboración para cerrar este ciclo y ha actuado como intermediario entre el grupo de verificadores internacionales y el Ejecutivo central. «La única garantía para seguir avanzando es la de los miles de personas que se reunirán en la ciudad de Bayona en apoyo del desarme», añade la banda. La banda también señala que el desarme ha sido «un camino duro y difícil» porque España y Francia «han puesto todos los obstáculos y problemas posibles». «Están empecinados en el esquema de vencedores y vencidos y enrocados en la vía policial», añade.

ETA cumple con este comunicado con el guion previsto, después de que el pasado 17 de marzo anunciara que iba a proceder a su desarme unilateral antes del 8 de abril. Hoy, la explanada Roland Barthe acogerá una jornada denominada Día del desarme, que comenzará con conferencias, debates y la proyección de un documental y una película, y que culminará con una concentración «por el desarme y la paz». Los organizadores del evento, activistas y sindicalistas del País Vasco francés, han asegurado que no pretende ser una celebración, y que está abierto a todos los ciudadanos.

Los Ejecutivos de Vitoria y Pamplona han confirmado esta semana que no acudirán, aunque el lendakari, Iñigo Urkullu, y la presidenta de Navarra, Uxue Barkos, se reunieron el pasado miércoles con el coordinador de la Comisión Internacional de Verificación, Ram Manikkalingam, para mostrar su apoyo «a los buenos oficios» que está desarrollando este equipo. En declaraciones a Euskadi Irratia, Mixel Berhokoirigoin, portavoz del grupo de desarme, ha señalado que el Gobierno de Francia no ha colaborado en el proceso, pero tampoco ha puesto «trabas y obstáculos».

«La mejor opción habría sido que el Estado francés, como en todos los procesos de paz, se hubiera implicado y entrado en contacto y, pactadas unas condiciones técnicas, hubiera tomado parte en el desarme», ha considerado Berhokoirigoin.

El Gobierno quiere mantener un perfil bajo ante este paso. El portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, reiteró ayer el mensaje de los últimos meses: la banda tiene que desarmarse, pedir perdón y ayudar a esclarecer los delitos. «Debe saber que no va a conseguir ningún beneficio político por parte del Gobierno», añadió antes de mostrar su satisfacción por el apoyo «unánime» de fuerzas políticas españolas.