Los líderes políticos no escapan. Esta es la convicción del presidente de ERC, Oriol Junqueras, quien se reafirma en su decisión de no haber abandonado el país tras la declaración unilateral de independencia (DUI). Preso desde el 2 de noviembre en la cárcel de Estremera, Junqueras le confió el sábado al periodista Xavier Sardà, quien le visitó en la prisión, que desaprueba que los líderes políticos escapen y «eludan sus responsabilidades». «¿Escapar? No, eso no va conmigo», respondió Junqueras a su visitante.

En los seis meses largos que lleva preso, Junqueras no ha recibido ni una sola carta de Carles Puigdemont, que escapó al extranjero dos días después de proclamar la DUI. Así se lo ha contado a Sardà.

El líder de ERC no siguió la primera jornada del debate de investidura del candidato designado por Puigdemont, el abogado y editor Quim Torra, autor de numerosos comentarios xenófobos y supremacistas. Varias visitas, entre ellas la de su abogado, no le han permitido seguir la sesión parlamentaria. Sobre Torra, Junqueras opina: «Lo importante es poder formar ya el Govern. Por lo demás, de algunas afirmaciones y de algunas cuestiones de tono, yo discrepo». Preguntado si nunca ha llegado a pensar que la DUI fue un error, responde: «La DUI fue el fruto de que nadie accediera a sentarse a negociar».

Y es que la principal obsesión de ERC en estos casi seis meses que distan de las elecciones del 21-D ha sido que se formase Govern. Desde la cárcel, Oriol Junqueras no ha cejado de concienciar a los suyos de que el objetivo debía cumplirse. De ahí que los republicanos dijeran que apoyarían cualquier nombre que JxCat propusiera. Pero cualquiera tiene un precio. Y el que puede pagar ERC, y en general todo el independentismo, es que se asimilen sus postulados a los que defendió Torra hace años en Twitter. Es decir, que el independentismo sea visto como etnicista, exclusivista y ofensivo con la españolidad.

Ante esto, los republicanos han salido ya al corte y se presentan como el reverso de la moneda. Y, más allá de que algún republicano, ayer, antes de dar inicio a su consejo nacional, hiciera votos para que Torra «pidiera perdón de una vez por todas», es decir, sin añadir eso de «si alguien se ha ofendido», ERC trata de revertir la imagen excluyente que se puede aparejar al nonato Ejecutivo. Esquerra quiere ser el poli bueno que permita ampliar la base.