La candidatura socialista a las elecciones europeas, como la destinada a la alcaldía de Madrid, es una de las grandes decisiones orgánicas que debe tomar a corto plazo Pedro Sánchez. Con los comicios a finales de mayo, el presidente del Gobierno tiene que designar aspirantes en febrero o marzo, como muy tarde, en unos movimientos que le empujan a preparar en breve cambios en el Ejecutivo. Los dos nombres que más suenan para encabezar las listas a la Eurocámara y a la capital de España son ministros: Josep Borrell, titular de Exteriores, y Reyes Maroto, de Industria. Ambos tendrían que ser sustituidos llegado el caso.

Uno de los principales colaboradores del líder del PSOE, José Luis Ábalos, ministro de Fomento y secretario de Organización del partido, lleva tiempo impulsando a Borrell como cabeza de lista en los comicios comunitarios, un puesto que el dirigente catalán ya ocupó en el 2004, fecha en el que el PSOE fue el partido más votado. Sánchez lo comparte. «[Borrell] Podría ser un extraordinario candidato a las europeas», dijo el líder socialista la semana pasada en una entrevista con Efe.

El titular de Exteriores, que cuando triunfó la moción de censura a Mariano Rajoy llevaba años lejos de la primera línea política, había tomado distancia hasta ahora sobre este hipotético destino. Incluso había trasladado a su entorno que no estaba en sus planes dar el paso. Sin embargo, ayer, durante un desayuno informativo organizado por Europa Press, Borrell decidió dejar la puerta abierta. El mensaje no fue del todo claro, pero las frases del ministro sobre este asunto, en el que se ha movido con cierta incomodidad, fueron todas en la misma dirección.

Primero, Borrell dijo que «de momento» estaba en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Después, cuando le preguntaron si sabía quién iba a ser el aspirante del PSOE a las europeas, que se celebrarán junto a las municipales y autonómicas, contestó: «Sí, lo sé, pero por conductos colaterales». Más tarde, y ante la conclusión del moderador, que interpretó que el ministro se estaba descartando, dejó claro que cabía la posibilidad de ser él mismo el cabeza de la lista: «Yo no he dicho que no vaya a ser el candidato». Y por último, recordó su capacidad para asumir distintos retos profesionales. «Yo tengo un problema. Durante toda mi vida me ha gustado ser demasiadas cosas a la vez», ha señalado.

PROS Y CONTRAS / La candidatura de Borrell cuenta con importantes argumentos a favor, señalan fuentes de la dirección socialista. Es un profundo conocedor de las instituciones europeas (fue presidente de la Eurocámara durante tres años y medio, del 2004 al 2007), un adversario muy complicado en los debates y un dirigente con un alto grado de conocimiento. Su edad (nació en 1947) y la reciente sanción que le impuso la Comisión Nacional del Mercado de Valores, debido al uso de información privilegiada para vender acciones de Abengoa, donde ejercía de consejero, juegan en su contra.

Si finalmente encabezara la lista, Borrell no tendría por qué quedarse como jefe de filas de los socialistas en la Eurocámara. Podría también entrar a formar parte de la Comisión Europea, siempre que el PSOE se mantenga en la Moncloa cuando haya que nombrar la composición del próximo Ejecutivo comunitario, a finales de año. «Cuando Pablo Casado y Albert Rivera piden elecciones ya, que esperen sentados. Vamos a gobernar hasta el 2020», avisó Sánchez el pasado sábado en Barcelona.

Con la salida del ministro, en cualquier caso, el presidente se vería obligado a llevar a cabo una crisis de gobierno, la tercera tras las dimisiones de Màxim Huerta y Carmen Montón. Las dos primeras fueron obligadas, al destaparse los escándalos (el primero fiscal, el segundo académico) de estos dos ministros. Esta vez sería voluntaria y muy calculada. Y podría no afectar solo a Borrell. Fernando Grande-Marlaska, titular de Interior, y Maroto se encuentran entre los favoritos para el Ayuntamiento de Madrid.

Mientras tanto, los socialistas madrileños, que no gobiernan la capital desde 1989, empiezan a contemplar con cierto hartazgo las vueltas que está dando Sánchez a la candidatura. En principio, el elegido por el secretario general se conocerá en febrero, pero amplios sectores del PSM se están preparando para presentar sus propios aspirantes a primarias si la opción del presidente del Gobierno no convence. Manuel de la Rocha, histórico dirigente de Izquierda Socialista, se encuentra muy cerca de librar esta batalla.