¿Qué pasaría si en las elecciones generales de este domingo nadie votase o todos votasen en blanco, como sucedió en la novela de José Saramago Ensayo sobre la lucidez? Lo cierto es que la ficción que narra Saramago ya ocurrió una vez en Argentina, en las elecciones de 1957. A continuación se explican algunas claves sobre la participación en unos comicios y el valor del sufragio.

Voto blanco, nulo o abstención

Voto blanco, nulo o abstención El voto en blanco es una de las tres formas clásicas de expresar el descontento con la política, pero a diferencia del voto nulo y la abstención, que no beneficia ni perjudica, el voto en blanco en nuestro sistema electoral favorece siempre al partido más votado: "En España votar en blanco seria votar al bipartidismo", explica la politóloga Gemma Ubasart. La ley electoral española explica las diferentes modalidades de voto que están vigentes en España.

La ley electoral dicta que se excluye en cada circunscripción a aquellas candidaturas que no hayan obtenido al menos el 3% de los votos válidos emitidos. Por tanto, cuando se incluyen los votos en blanco, este mínimo es más elevado, lo que excluiría de la distribución de escaños a algún partido que de otro modo habría superado ese umbral.

Papeletas en un colegio electoral. Foto: JOAN CORTADELLAS

El voto nulo no es válido, como cuando en el sobre hay más de una papeleta (si las dos papeletas son del mismo partido sí se considera válido), un objeto o un dibujo, y no computa en el reparto de escaños. Al igual que el voto nulo, la abstención (no ir a votar) ni beneficia ni perjudica a nadie. En cambio, el voto en blanco sí influye en el reparto de escaños.

El sistema electoral español, basado en la Ley D'hondt , fue ideado por el matemático belga Victor d'Hondt y es uno de los más eficaces para garantizar la proporcionalidad entre los votos emitidos. Sin embargo, la fórmula favorece a los grandes partidos: "Es un efecto de apoyo a las opciones políticas más votadas", ha afirmado Ubasart.

[ El próximo domingo podrá seguir en directo en diariocordoba.com, minuto a minuto, todos los resultados de las elecciones 10N ]

La abstención penaliza a las fuerzas progresistas

La abstención penaliza a las fuerzas progresistas Aunque en España no es obligatorio ir a votar, Ubasart recuerda que hay una parte de la población que siempre va a votar, que suele asociarse con las clases altas de la sociedad y la población de mayor edad. Como contrapartida, los perfiles abstencionistas se reproducen más entre las clases populares y la población más joven.

Momento del escrutinio en un colegio electoral, en las elecciones municipales de junio. Foto: EFE/ NACHO GALLEGO

Históricamente, en España la abstención ha penalizado a las fuerzas progresistas, como sucedió en 2016 con el menor registro de participación. El partido político más votado fue el Partido Popular (PP), presidido y liderado por Mariano Rajoy. En el otro extremo, tenemos el caso de la cita con las urnas de 1982, en que se registró la mayor participación de la historia de la democracia de nuestro país en unas elecciones generales. En este caso se cumplió la tesis de que a mayor participación, mejores resultados para las fuerzas progresistas, ya que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Felipe González consiguió una amplísima mayoría absoluta.

Abstención diferencial

Abstención diferencial El fenómeno de abstención diferencial en Cataluña se refiere al ejercicio del voto en un tipo de elecciones, normalmente las generales, y abstenerse en las autonómicas, por considerarse de segundo orden.

En las elecciones del marco del procés (sobre todo las del 2015 y 2017) las del sí o no a la independencia, la abstención diferencial desapareció. La ciudadanía percibió que eran unas elecciones muy importantes y disparó la participación por encima de una convocatoria de elecciones generales. "Cuando hay percepción de que lo que está en juego es muy importante, tendemos a ir más a la urnas", subraya Ubasart.