La secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, confirmó este viernes que se mantendrá al frente del partido pese a no haber logrado una victoria suficiente para gobernar la Junta de Andalucía. De hecho, su apuesta es continuar como jefa de la oposición y concurrir de nuevo como candidata en unas elecciones andaluzas que ve próximas ante la "inestabilidad" que el pacto de PP y Ciudadanos con la ultraderecha ha llevado a la región y que definió como un "pato cojo".

Vestida de verde y blanco, los colores andaluces, Díaz rompió su silencio de las últimas semanas para plantar cara a los mensajes deslizados desde el entorno de la dirección federal de su partido que consideran que su ciclo político ha terminado y su figura está ya en declive. Nada más lejos de la realidad, según intentó demostrar, apelando al millón de votantes que en las pasadas elecciones autonómicas confiaron en los socialistas. "Es mi voluntad y mi decisión", aseguró en una multitudinaria rueda de prensa en la sede del PSOE andaluz. Díaz seguirá al frente porque, como ha recordado, la avaló un proceso de primarias (sin votación por falta de competidores), salió elegida en un congreso regional y además fue la candidata más votada por los andaluces hace poco más de un mes.

"Del mismo modo que yo respeto la legitimidad del nuevo Gobierno andaluz, pido que se reconozca la legitimidad de un partido que ha ganado las elecciones" y es el grupo mayoritario en la Cámara, sentenció en clara alusión al PSOE. Una victoria que pesa más en su discurso que la pérdida del gobierno andaluz después de 37 años ininterrumpidos. "Hemos ganado las elecciones, si hubiera perdido me hubiera ido", insistió. Por eso, negó cualquier "discrepancia" con la dirección socialista federal. Es más, aseguró que no tiene dudas de que todos ellos, incluidos los compañeros que forman parte del Ejecutivo, como la responsable de Hacienda María Jesús Montero cuyo nombre se baraja en Madrid como recambioo incluso sus críticos, con el delegado del Gobierno en Andalucía Alfonso Gómez de Celis, "arrimarán el hombro" para cuando "Vox o (Albert) Rivera decidan que vayamos a las urnas". "Los voy a tener a mi lado para lograr cuanto antes que el PSOE andaluz vuelva a un gobierno que será una garantía para los andaluces".

Inestabilidad política

En este sentido, lamentó que pese a su decisión de adelantar los comicios regionales cuatro meses sobre la fecha prevista para garantizar la "estabilidad" en Andalucía, lo que haya logrado es lo contrario, "y eso no lo queríamos para esta tierra". "La inestabilidad ya se ha adueñado de Andalucía", aseveró, haciendo hincapié en las diferencias públicas entre dos de los miembros del pacto, Vox y Ciudadanos. "Hay escepticismo de unos y de otros. Ese tridente que dice desconocer lo que otro pacta es mal síntoma", afirmó, abundando en que "dos dirigentes de tres de esas fuerzas políticas y ya están hablando de elecciones".

La todavía presidenta en funciones se refirió a su sucesor mostrando "preocupación" acerca de que "se decida en Madrid cuál va a ser el Gobierno de Andalucía", al tiempo que aseguró que ha dado instrucciones para que el traspaso de competencias, una situación inédita en la comunidad, se produzca con "rapidez, transparencia y de manera ejemplar".