La cúpula del PP ha criticado la radicalización de Vox en temas como la inmigración y creen que esta actitud les puede llevar a quedarse «colgados de la brocha» en muchos debates, según fuentes de la dirección nacional del partido. «Están pasando de trumpistas a lepenistas», en alusión a Donald Trump y Marine Le Pen.

En el entorno de Casado subrayan que el líder del PP mantiene una buena relación con Santiago Abascal, que militó durante años en su partido, pero reconocen que esa buena sintonía no se reproduce con sus colaboradores, como se ha puesto de manifiesto esta semana durante las negociaciones del reparto de los puestos de la Mesa del Congreso. Ante la posibilidad de que esta tensión entre ambas formaciones pueda afectar a sus acuerdos en los Gobiernos autonómicos --en Vox han señalado que el PP no es de fiar y que tomarán nota--, en la cúpula popular restan trascendencia a las amenazas de los de Abascal porque, según dicen, tendrían que explicar a sus votantes si no están a favor de bajar impuestos o de la educación concertada y prefieren pactar con Podemos.