Que el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, no haya librado batalla con el Gobierno para lograr la toma de posesión de consellers encarcelados y huidos ha desdeñado a la CUP y a la ANC, que ven en su renuncia «claudicación absoluta» y «sometimiento al Estado». Los anticapitalistas deploran que no haya usado su «legitimidad para insistir» cuando había logrado poner al Estado «entre las cuerdas», jurídicamente hablando, y que haya asentido a las advertencias del Ejecutivo de Mariano Rajoy hasta recibir su «aplauso».

Justo en el momento en que el apoyo de los cupaires es más necesario que nunca, debido a la renuncia de Toni Comín al voto delegado, las relaciones de la CUP con JxCat y ERC están en su «peor momento». Así lo ha confesado el diputado Carles Riera ante los micrófonos de RAC1, y ha señalado que «no hay ninguna hoja de ruta hasta la república» y ha afeado a las dos principales fuerzas independentistas que su meta sea convocar elecciones y recuperar la «autonomía». Los anticapitalistas han anunciado que se conjurarán para replantearse «seriamente» el apoyo a sus socios.

La ANC, que ya alertó de que no veía con buenos ojos ningún movimiento que contraviniera la restitución del Govern cesado por el 155, ha acusado a Torra de «bajar la cabeza», de mantenerles «tutelados» y de «aceptar la injusticia del Estado». Y es que el president ha hecho oídos sordos a su presidenta, Elisenda Paluzie, quien le exigió públicamente que «no cediera» ante el «chantaje del 155» y apeló a la «desobediencia» para refrendarlos.

Mientras el PSC y los comuns han celebrado que se ponga por fin en marcha el Govern, PP y Ciutadans no han perdido la oportunidad para atacar no solo a los independentistas sino también al PSOE, preguntándose si Pedro Sánchez les ha ofrecido algo a cambio del apoyo a la investidura.

Inés Arrimadas ha menospreciado que haya Gobierno porque considera que el president «no está para gobernar, sino para generar más confrontación». «Va a superar a Puigdemont, quiere hacer un Parlament paralelo», ha advertido en Antena 3, y ha llamado a los constitucionalistas a unirse para garantizar el acatamiento a la Constitución.

Los populares han recuperado la carta del 155 y han advertido de que pueden reaplicarlo si se quebranta la legalidad. El delegado del Gobierno, Enric Millo, ha asegurado que estará «vigilante» y ha pedido que el nuevo equipo no sea «maleducado».

Lejos de la beligerancia conservadora, socialistas y comuns han rehuido las polémicas para aplaudir la decisión y ponerles los primeros deberes en política social. Eva Granados instó a Torra a guardar «en un cajón» la anunciada querella contra Rajoy y Elisenda Alamany ha reclamado «un cambio de rumbo respecto a los gobiernos anteriores».