La caída de Barcelona en primera ronda de la elección de la futura sede de la Agencia Europea del Medicamento desató ayer un agrio cruce de acusaciones entre políticos y administraciones. El presidente de la Generalitat destituido, Carles Puigdemont, cargó con dureza contra el Estado español, al que responsabilizó de la derrota de la candidatura de Barcelona.

Puigdemont escribió un contundente tuit contra la actuación estatal: «El éxito del 155: encarcelar a líderes civiles y la mitad del Govern legítimo, forzar el exilio de la otra mitad, erradicar el autogobierno y ahora ya podemos sumar empobrecer el territorio. Hasta el 1-O, BCN era la favorita. Con violencia, retroceso democrático y el 155, el Estado la ha sentenciado».

En sentido contrario se situaron las críticas del diputado socialista en el Congreso José Zaragoza, que orientó sus ataques a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a la que recriminó una serie de acciones que, a su juicio, han pesado contra la candidatura: «No ir a la presentación de la candidatura, participar en el 1-O, liderar todas las manifestaciones y paros cívicos independentistas y romper el pacto de izquierdas con el PSC. En cambio, Colau aseguró también en Twitter: «Barcelona era la mejor candidatura a nivel técnico. Ni la DUI ni el 155 han ayudado».

Antes de conocerse el resultado de la votación, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, había declarado en Bruselas: «Nosotros tenemos la conciencia muy tranquila; quizás otros no la pueden tener tanto». La ministra sostuvo que el procés podía ser un obstáculo para la candidatura barcelonesa. La industria farmacéutica española lamentó que Barcelona hubiera sido derrotada. La patronal Farmaindustria recordó que «Barcelona constituía una candidatura excelente».

Graves pérdidas

El sector inmobiliario también lamentó la pérdida. Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista, afirmó que el resultado de la elección es «un palo» para las inmobiliarias catalanas, seriamente afectadas ya desde el pasado septiembre, señaló. A juicio de Barcelona Global, organismo que reúne a medio centenar de empresas barcelonesas, «la inestabilidad política [de Cataluña] ha perjudicado a Barcelona y debería provocar una reacción desde la sociedad para exigir un nuevo marco de estabilidad que permita definir una estrategia para la ciudad».