Cuando Ramona Mañas se convirtió en ujier del Congreso, a las mujeres no las dejaban entrar en el hemiciclo. Su compañera, Gemma Gómez, recuerda cómo consiguieron que su uniforme oficial pasara de la falda al pantalón. En las reuniones de Concha López, informática, los hombres siguen siendo mayoría. Son algunos de los testimonios que el Congreso ha recogido para conmemorar el 8 de marzo. Pero la de este año es una celebración especial. Las Cortes han aprobado el primer Plan de Igualdad de su historia, un documento que llega con prisas pero que ha sido recibido como un buen comienzo en la plantilla de las dos Cámaras.

Tampoco ha habido consenso, porque el único representante de Vox en las mesas de Congreso y Senado ha votado en contra por considerarlo "innecesario". "Podríamos decir que ha sido por unanimidad menos un voto", dijo Meritxell Batet. Las presidentas de ambas Cámaras, dos mujeres, presentaron el Plan. "Conciliación y corresponsabilidad atraviesan todo el texto, son la principal demanda del personal", destacó Pilar Llop, a quien los sindicatos sitúan como una de las principales impulsoras.

"Tenían mucho interés en que saliese antes del 8-M", señala a EL PERIÓDICO Patricia Cillero, miembro de la Junta de Personal del Parlamento por la plataforma sindical y una de las diez mujeres y dos hombres que han formado la comisión negociadora del texto. "Esto al principio nos agobió bastante, porque el trabajo llevaba parado un año por motivos obvios y de pronto había mucha prisa", se lamenta.

UN LARGO CAMINO

Hace más de dos años que el Congreso inició los trabajos para elaborar el Plan de Igualdad al que obligaba la ley socialista de 2007, gracias al impulso de la diputada de Ciudadanos Patricia Reyes. Aunque el adelanto electoral y la repetición de los comicios lo han ido retrasando, antes de que las Cortes se disolvieran por última vez encargaron a Concilia2 hacer un diagnóstico de la situación. La empresa presentó su informe en octubre del año pasado. En las últimas semanas, los trabajos se han acelerado porque el decreto que aprobó Pedro Sánchez obliga a las empresas con más de 250 trabajadores a tenerlo listo antes del 7 marzo. Y también para hacerlo coincidir con el 8-M.

"Somos conscientes de que buscaban una foto pero a nosotras nos da igual", dice Cillero. El primer borrador que recibieron lo había elaborado la administración parlamentaria unilateralmente, aunque tomando como base todo el trabajo previo conjunto. "Era un poquito pacato", cuenta Cillero, "pero ha sido la primera vez que hemos tenido una negociación real donde hemos estado currando todas como burras".

ACOSO POR RAZÓN DE SEXO

El informe de Concilia2 concluyó que una de cada 10 trabajadoras de las Cámaras habían vivido "situaciones de acoso moral, sexual o por razón de sexo", una conclusión que las trabajadoras han conseguido incluir en el texto final del Plan. "Es una cifra que llama mucho la atención porque es una administración que no es muy grande y es un porcentaje bastante significativo y no tenemos protocolos", comenta Cillero. El 70% no sabe a quién dirigirse cuando se producen esos casos.

Aunque es cierto que es una administración feminizada, sin discriminación en el acceso a puestos de trabajo ni desequilibrios en torno al sueldo, las Cortes no se libran de otros clásicos de todas las empresas: "techos de cristal y un millón de agujeros", como señala Cillero. En la conciliación y la gestión de horarios es donde se han encontrado mayores problemas, como señala Noelia Jiménez, la responsable de proyecto. "Cada empresa tiene su peculiaridad, pero ha habido mucha voluntad por todas las partes", destaca.

CONCILIACIÓN, EL GRAN RETO

De los empleados que solicitan la reducción de jornada para el cuidado de familiares, el 93% son mujeres. Los horarios parlamentarios son el gran escollo para la conciliación, pero son los reglamentos de las Cámaras los que los regulan. "Somos conscientes de dónde trabajamos, los diputados nos han dicho es que nosotros no tenemos horarios. Ya, pero nosotras sí. Si no se racionalizan los horarios de la vida parlamentaria es imposible", insiste Cillero, y más de la mitad de la plantilla comparte esa idea.

Batet adelantó el cierre del registro de iniciativas a las 18.00, y ahora ha anunciado que las sesiones plenarias de los martes se suspenderán a las 20.00. Fue su antecesora, Ana Pastor, quien adelantó los plenos una hora. "Creemos que hay que utilizar fórmulas un poco más imaginativas", se queja Cillero. "Llop tiene total disposición a meterse con este tema. Sabemos que Batet tiene la misma intención, según nos ha trasladado su gabinete, pero que necesitaba un tiempo de rodaje para no llegar como un elefante en una cacharrería", insiste. Una de las soluciones que plantean desde los sindicatos podría ser empezar los plenos los lunes. "No sé cuál es la fórmula, pero desde luego si seguimos así va a ser muy difícil que nada cambie".

LENGUAJE NO SEXISTA

Además, las instalaciones de las Cortes se adaptarán para habilitar "salas de lactancia y cambiadores de bebés", se incluirá un portal de igualdad en la web de ambas Cámaras y una guía para el uso no sexista del lenguaje que tendrán que aprobar las dos mesas. Es otra victoria de las trabajadoras conseguir que esa guía no sean meras recomendaciones. "Estos pequeños detalles son los que marcan la diferencia", se alegra Cillero. El debate sobre el lenguaje inclusivo ha estado muy presente en el Parlamento en las últimas legislaturas, materializándose incluso en propuestas como una de Compromís que pedía cambiar el nombre al Congreso quitándole el apellido "de los diputados". "Me encantaría que el Congreso se llamase Congreso, pero no está encima de la mesa, no hemos bajado a ese nivel de detalle", apunta Cillero.

"Es un marco, ni siquiera normativo. En la lucha sindical esto es un clásico, el primer escollo que te encuentras siempre es que estás negociando un plan de igualdad, no un convenio colectivo. Pero este marco nos va a permitir abrir el melón de los cambios normativos", asegura, optimista, Cillero. El plan es para cuatro años, pero será evaluado anualmente y la comisión podrá trabajar conjuntamente con las unidades responsables de implementar cada medida. Es solo el comienzo, pero las trabajadoras de las Cortes están ahora un poco más cerca de la igualdad.