El presidente Quim Torra insiste en que la Generalitat quiere gestionar el desconfinamiento con un plan encomendado al epidemiólogo Oriol Mitjà y su equipo de expertos, y planteará el domingo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que elija entre tres opciones: levantar el estado de alarma por el coronavirus, mantener la prórroga en algunas autonomías, salvo Cataluña; o modificar el real decreto para que el Govern recupere la autoridad competente.

"No se puede gestionar el desconfinamiento a 600 kilómetros de distancia", ha espetado Torra en una comparecencia telemática tras una reunión extraordinaria del Consejo Ejecutivo. El presidente ha llamado al resto de fuerzas políticas a apoyar los planteamientos que recoge el plan aprobado por el Govern que, sin embargo, no tiene competencias para aplicarlo. "No abdicaremos de nuestras responsabilidades", se ha defendido Torra, preguntado por la creación de un plan de imposible activación sin la autorización del Gobierno. "Así podemos evitar los errores que vimos. Me parece que es mi deber", se ha escudado.

Relajación de las medidas de restricción por fases

El proyecto contempla una relajación de las medidas de restricción por fases. La primera, pasa por el regreso al puesto de trabajo de las personas "sanas"; la segunda, el desconfinamiento parcial y controlado de sectores muy concretos y la permisión de deporte al aire libre; la tercera, la apertura progresiva de comercios no esenciales en función de sus características; la cuarta, el regreso a las aulas; y, por último, la celebración de eventos que puedan aunar a más de 30 personas. Los distintos departamentos del Govern deberán decidir ahora cómo lo aplican de forma sectorial.

El planteamiento del Govern es pasar de la fase de "confinamiento" a la de "rescate y recuperación" cuando la ocupación de camas en las ucis esté por debajo del 20%. En estos momentos, según Torra, se está doblando la capacidad con 1.200 camas ocupadas, cuando en una situación normal disponen de 600. Después, se pondrá en marcha la fase de "nueva normalidad", es decir, la adecuación a los hábitos culturales y sociales que serán inevitablemente trastocados por el impacto de la pandemia.