Los obispos españoles han mostrado su apoyo al "restablecimiento del orden constitucional" y han pedido "respeto a la ley" para "la normalización de la vida social y el correcto funcionamiento de las instituciones", tras calificar de "grave y perturbador" que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont declarara el pasado 27 de octubre la independencia de Cataluña. Al mismo tiempo, se ofrecen para ayudar a la "reconciliación y pacificación", en palabras de Ricardo Blázquez, el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Así lo ha indicado este lunes 20 de noviembre el también cardenal arzobispo de Valladolid en su discurso inaugural de la CX Asamblea Plenaria, que reunirá durante esta semana en Madrid a todos los obispos españoles. Durante la inauguración, Blázquez se ha pronunciado sobre la crisis catalana que les "preocupa en medida creciente". En todo caso, también ha matizado que los obispos y presbíteros "renuncian a la militancia política" y esto "favorece que nadie se considere extraño a la comunidad cristiana por opciones legítimas".

"Nos entristeció la Declaración Unilateral de Independencia del día 27 del pasado mes de octubre. Significaba la ruptura del orden constitucional que los españoles nos hemos dado hace cuarenta años. Juzgamos que la Declaración de ruptura es un hecho grave y perturbador de nuestra convivencia, que va más allá de las discrepancias entre las formaciones políticas", ha advertido.

COMO EN "LA TRANSICIÓN"

En cualquier caso, ha precisado que tampoco descartaban que se pudiera producir alguna "reforma" de la Constitución de acuerdo al paso de los años pero defienden que estos cambios siempre tienen que producirse de acuerdo a los procedimientos que establece el propio texto. "Es comprensible que el paso del tiempo y la vitalidad de la sociedad fuera mostrando la conveniencia de reformar o añadir aspectos nuevos en la Constitución para que siempre sea actual pero ella misma indicaba los procedimientos para introducir los cambios oportunos", ha avisado Blázquez.

Con respecto al papel de la Iglesia, ha defendido que "colaboró eficazmente en la Transición política" aunque ha lamentado que esto "no siempre es reconocido", y ha agregado que la Iglesia "desea continuar cumpliendo su misión de reconciliación y pacificación".

Por otro lado, Blázquez ha reconocido que la crisis catalana ha "afectado negativamente" a las relaciones "sociales, eclesiales y familiares" y ha invitado a todos a esforzarse para que estos lazos se reestablezcan "por el respeto a la libertad de todos, la mutua confianza y la concordia serena".

Esta es la primera vez que el presidente de la Conferencia Episcopal se pronuncia sobre la crisis catalana en un discurso público después de la Declaración Unilateral de Independencia, de la aplicación del 155 y tras la declaración previa de la Comisión Permanente de los obispos pidiendo diálogo ante la "grave" situación y llamando a evitar decisiones y actuaciones "irreversibles".