Ciudadanos ha aprobado este lunes por unanimidad los criterios con los que negociará los gobiernos que están en el aire tras el 26-M. No hay grandes titulares en el documento, pero sí mensajes interesantes entre líneas. Los liberales han puesto negro sobre blanco su negativa a pactar con Vox ningún tipo de alianza, una decisión que llega tras la presión del alma centrista del partido que encabeza Luis Garicano.

Con esta determinación dan un sonoro portazo a Santiago Abascal y ratifican al PP como "socio prioritario". No explican, sin embargo, qué sucederá en aquellos territorios en los que un acuerdo con los consevradores necesita además del apoyo de los ultras. Dicho de otro modo, Cs prefiere entenderse con el partido de Pablo Casado pero se abre a explorar fórmulas con el PSOE. Una de las plazas en las que se da esta encrucijada es la Comunidad de Madrid. Los gobiernos de Castilla y León, Aragón o Murcia también pueden caer a la izquierda o a la derecha según vayan las negociaciones.

“Intentaremos tener de socio al PP y, si hay dirigentes socialistas que excepcionalmente se desmarcan, se podría estudiar el acuerdo con ellos. No vamos a entrar en gobiernos con Vox, Podemos o nacionalistas”, ha subrayado el secretario general, José Manuel Villegas. El hombre fuerte de Rivera ha adelantado que para llegar a esa sintonía con el PSOE los líderes regionales deberían desentenderse de línea de política territorial marcada por Pedro Sánchez, incluyendo la aplicación del 155, aunque es evidente que sería un rechazo meramente dialéctico puesto que los dirigentes autonómicos no tienen capacidad para ejecutar dicho precepto constitucional.

Los liberales (que prevén hacer público en documento en las próximas horas o días) han destacado que los criterios de negociación son unívocos para todos los partidos: "Donde no haya acuerdo con el PP, ahí sí se podría abrir un acuerdo con el PSOE y no habrá acuerdos tripartitos. Es un marco suficientemente claro para este proceso de negociación", ha explicado Villegas, quien ha subrayado que no van a entrar en gobiernos con Vox. ¿Qué sucede si la ultraderecha se empeña en entrar en los ejecutivos a cambio de su apoyo? "Cada partido va a ser responsable de su voto", ha respondido, en referencia a Vox.

El dirigente liberal ha expresado que a lo máximo que se puede llegar es a una conversación en la que explicarían a los de Abascal los acuerdos a los que llegasen con el PP pero ha descartado con vehemencia la posibilidad de sentarse en una mesa de negociación con los ultras.

Ciudadanos considera que Navarra y el Ayuntamiento de Barcelona pueden ser una excepción a su política de pactos. En la capital catalana ponen a disposición del PSC sus seis concejales para que Jaume Collboni intente alcanzar la alcaldía y evitar que Ada Colau y los indepndentistas la consigan.