El giro de guión ha llegado, pero por la derecha. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha anunciado poco después de las doce que había propuesto al líder del PP, Pablo Casado, una reunión esta tarde con el objetivo de pactar una "solución de Estado" que evite la repetición de las elecciones el 10 de noviembre. Su intención es plantear a Casado una abstención conjunta para facilitar la investidura de Pedro Sánchez.

En una rueda de prensa en la sede de su partido, Rivera ha expuesto las condiciones que le impondría a Sánchez a cambio de favorecer su nombramiento, entre ellas que se comprometa a no indultar a los presos del 'procés' si son condenados y a formar una mesa para "planificar" la aplicación del 155 en Cataluña si no se acata la sentencia del 'procés'. Otras de las líneas rojas mencionadas por el político es darle la vuelta a la política fiscal y "recuperar Navarra para España". "No queremos que el señor [Arnaldo] Otegi nos dé lecciones a los constitucionalistas [...] Queremos recuperar Navarra para el constitucionalismo", ha declarado.

La cita será en el Congreso aunque ninguno de los dos partidos informarán de la hora y el lugar exactos. Tampoco se podrán tomar imágenes, al menos eso han dicho sobre las cuatro de la tarde, cuando ambos departamentos de comunicación han confirmado la entrevista entre Rivera y Casado.

Lucha por ser el líder de la oposición

Fuentes de la dirección del PP anunciaron una hora después de conocerse la noticia que el dirigente conservador aceptaba la reunión que proponía Rivera, aunque subrayaron que el presidente de los populares ya ha ofrecido estos últimos meses al secretario general del PSOE "un acuerdo en política fiscal y presupuestaria", también un pacto en Navarra y otros muchos en "educación, la ley electoral, el agua y la despoblación", por lo que consideran que "es Pedro Sánchez el que tiene que contestar a Rivera". La respuesta de Casado está muy calculada después del movimiento del líder de Ciudadanos, que ya avisó que quería ser el líder de la oposición pese a que el PP tiene nueve diputados más (66 a 57).

También ha habido respuesta de la Moncloa, informa Juan Ruiz Sierra. Fuentes del Ejecutivo consideran que tanto naranjas como populares pueden facilitar una "abstención técnica" ya. Y responden a las tres condiciones principales: según el Gobierno, en Navarra el Ejecutivo autonómico ya defiende la Constitución y señalan que no se ha pactado con Bildu [que se abstuvo, pero no dio su apoyo], el 155 se aplicará en Catalunya si la situación constitucional lo requiere y no se subirá la presión fiscal sobre las clases medias y trabajadoras.

El propio Sánchez, desde Almansa (Albacete), adonde ha viajado para conocer los estragos de la reciente gota fría, ha contestado en el mismo sentido. "No hay ningún obstáculo real para que el PP y Cs se abstengan", ha dicho el presidente del Gobierno en funciones. Es decir, los tres requisitos exigidos por Rivera para facilitar la investidura ya se cumplen y por tanto no hay ningún cambio que negociar en la acción de los socialistas.

El líder del PSOE también ha dejado claro que la suspensión de la autonomía catalana, llegado el caso, se volvería a aplicar, pero ahora, ha explicado, no se dan las condiciones. "Si las fuerzas independentistas situasen a España ante la quiebra del estatuto de autonomía y la Constitución, el Gobierno actuaría con la misma contundencia. Cualquier artículo de la Constitución, en este caso el 155, no habría ningún tipo de duda en su aplicación", ha dicho Sánchez. "Lo único que le pido a PP y Cs es, no que apoyen, pero sí que faciliten la formación de un Gobierno. Para que el Gobierno no dependa de fuerzas independentistas, el PP y Cs se tienen que abstener. Una abstención técnica", ha concluido.

Fuentes de la dirección del PSOE interpretan el último movimiento de Rivera en clave claramente preelectoral. A su juicio, el líder de Cs busca no aparecer como responsable de la repetición de las generales, a la que todo parece encaminado. Pero al mismo tiempo, los socialistas ven efectos positivos en el cambio de Rivera: consideran que con él facilita una hipotética abstención tras los comicios, que si nada cambia entre este lunes y el martes, cuando concluye la ronda del Rey, tendrían lugar el próximo 10 de noviembre.

La "desesperación" de Rivera

Las reacciones no han tardado en llegar en el Congreso, donde el foco, hasta ese momento, estaba en los comentarios que hacían los diputados que ya han pasado por la Zarzuela en la ronda del Rey. Felipe VI se verá entre hoy y mañana con los grupos políticos con representación parlamentaria para decidir si designa a Sánchez para un nuevo debate de investidura o disuelve las Cortes y convoca elecciones (las cuartas generales en cuatro años).

El diputado de Compromís, Joan Baldoví, uno de los primeros de pasar por el Palacio del Pardo ha afirmado que la oferta de Rivera responde a que el partido naranja "está desesperado con las encuestas" por si hay nuevas elecciones. En esa misma línea se ha manifestado el diputado del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), José María Mazón, que ve a Rivera asustado ante la posibilidad de caer en las urnas.

El veto de Ciudadanos a Sánchez y las alianzas forjadas para gobernar en la Junta de Andalucía, la Comunidad de Madrid y Castilla y León gracias al apoyo del PP y Vox han llegado a provocar una crisis interna en el partido. Puntales en el departamento de economía de los naranjas como Toni Roldán y Francisco de la Torre y el eurodiputado Javier Nart han dado portazo al partido. Los dos primeros dejaron los cargos en la formación y los escaños. Nart sigue con su asiento en el Parlamento de Estrasburgo y no ha renunciado al acta pese a que Rivera se lo ha reclamado.