Socios pero adversarios. El PP y Ciudadanos parecen inaugurar una nueva etapa en la que están obligados a entenderse en las instituciones mientras luchan fuera de ellas para arrebatarse el electorado de centroderecha.

El partido de Pablo Casado, que en las últimas generales solo sobrepasó al de Albert Rivera por nueve escaños, propone ahora a los liberales ir conjuntamente bajo la marca España Suma en comicios autonómicos, réplica de la fórmula que ensayaron en Navarra (con UPN en este caso) el pasado mayo.

Este miércoles, los conservadores solicitaron el registro de esa denominación en todas las autonomías como "aglutinador" de votantes. La maniobra coincidió con la elección de la popular Isabel Díaz Ayuso como nueva presidenta de la Comunidad de Madrid, donde gobernará en coalición con el liberal Ignacio Aguado.

Portazo por duplicado

En menos de 24 horas, Cs ha rechazado, de nuevo, el ofrecimiento. Rivera ya había manifestado con anterioridad que no ve con buenos ojos esta iniciativa y ahora vuelve a dar portazo a la propuesta: ni el acuerdo para cogobernar en Madrid ni el registro de la marca han variado su posición.

"España Suma es un proyecto del PP. Ciudadanos es un proyecto absolutamente autónomo, independiente, propio, de un partido liberal, que como todo el mundo sabe es distinto de un partido conservador. Que podamos llegar a pactos, por supuesto, pero que somos proyectos distintos a nadie le cabe ninguna duda", ha asegurado este jueves la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís (Cs). "Lo descartamos. Se puede llegar a acuerdos si eso es interesante para una región o un municipio pero eso no significa que seamos iguales", ha insistido.

La edil ha asegurado que esta negativa a acudir a las urnas conjuntamente y las tensiones políticas "no se está notando en las administraciones en las que PP y Cs comparten gobierno, como el Ayuntamiento de Madrid. "No va a afectar", ha señalado.

Condicionante estatal

Con la legislatura autonómica apenas puesta en marcha, está por ver cuánto se tensionan las costuras de los acuerdos entre ambas formaciones, pero a nadie se le escapa que todo va a depender del contexto estatal.

Si no hay investidura en septiembre, PP, Cs y Vox volverían a disputarse el 10 de noviembre al electorado de centroderecha. Si no hay repetición de comicios, Rivera está decidido a mostrarse como líder de una oposición que, por lo menos aritméticamente, conserva Casado.