El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) divulgó su barómetro este jueves, un día después de que Pedro Sánchez y Pablo Casado llevaran su enfrentamiento a límites inexplorados hasta ahora, hundiendo al PP al tercer lugar y desatando el triunfalismo en el PSOE. Casado venía de llamar a Sánchez «responsable y partícipe del golpe de Estado» debido a la actitud dialogante del Gobierno con el independentismo catalán. El mensaje, y la reacción del presidente, cortando su ya de por sí escasa relación con el dirigente conservador, había sido bien recibido por los suyos. Pero el trabajo del organismo público, llevado a cabo con un método que suscita polémica, dibuja un escenario nada esperanzador para el PP, que respondió con burlas al sondeo y más ataques al jefe del Ejecutivo. Los populares, con una intención de voto del 18,2%, estarían hoy muy por detrás de Cs (21%) y con poca ventaja sobre Podemos (17,3%). Los socialistas, mientras tanto, continuarían elevando su techo, con el 31,6% de apoyos, a más de 10 puntos del resto.

El estudio se llevó a cabo a principios de octubre. Fue un periodo convulso, tras la dimisión de Carmen Montón como titular de Sanidad, las dudas sobre la tesis de Sánchez (despejadas en su mayor parte), y coincidiendo con el aniversario del 1-O y el ultimátum de Quim Torra al presidente para que negociara un referéndum de independencia en Cataluña. Pero nada de esto parece pasar factura al PSOE. Para los socialistas, el sondeo, diseñado a través de 3.000 entrevistas presenciales, confirma que la llegada a la Moncloa ha supuesto un revulsivo, reforzando el empeño de Sánchez de agotar la legislatura porque el viento sopla a favor.

Cs y Podemos también tienen motivos para cierto optimismo. Los naranjas están muy lejos del liderazgo demoscópico que ocupaban antes de la moción de censura, cuando todos los sondeos los colocaban en primer lugar, pero suben casi un punto y medio respecto al barómetro del mes pasado, que les daba una intención del 19,6%, y continúan restando apoyos al PP. Más de un 20% de quienes votaron en el 2016 a Mariano Rajoy contestan que ahora respaldarían a Albert Rivera. Los morados, en el mismo sentido, consolidan su tendencia al alza y ven cómo la diferencia entre los bloques de izquierda y derecha se agranda hasta llegar a casi los diez puntos. La suma del PSOE y Podemos da una estimación de voto del 48,9% frente al 39,2% del PP y Cs.

La formación de Casado sale mucho peor parada. Los sondeos suelen premiar la renovación en los partidos, pero no es lo que ocurre con los conservadores, que se encuentran en una dura pugna con Cs y Vox (la formación de extrema derecha obtiene una intención de voto del 1,3%, una décima menos que en septiembre) y ya se sitúan a más de 13 puntos de los socialistas. La dirección del PP optó por un duro ataque, intentando desacreditar al presidente del CIS, José Félix Tezanos, algo que también hizo Cs.

Un método controvertido / Desde que Tezanos llegó a la presidencia del CIS, tras la formación del Gobierno socialista, el organismo público ha estado rodeado de polémica. Primero, por sus vínculos con el PSOE. Tezanos era secretario de Estudios y Programas de los socialistas, un puesto que se resistió a abandonar. Y después, por el método empleado para calcular la estimación de voto. Los nuevos barómetros con preguntas preelectorales, que ahora tienen una periodicidad mensual en lugar de trimestral, eliminan la tradicional cocina y trasladan los resultados mediante una sencilla regla de tres con los datos de intención directa de voto más simpatía, sin modificar apenas lo que contestan los consultados. El nuevo sistema beneficia sustancialmente al PSOE.

Los conservadores retaron a Sánchez a convocar elecciones de forma inmediata si de verdad cree en los augurios del CIS. La encuesta, para el PP, busca «empujar» a Casado un escalón abajo después de que lograra situarse definitivamente como «jefe de la oposición» tras su cara a cara con Sánchez en el Congreso el pasado miércoles. Los populares intentaron quitarle hierro al sondeo, y tampoco otorgaron importancia a la anunciada ruptura de las relaciones por parte de Sánchez. «¿Qué relación se va a romper si no la hay?», se preguntaban miembros del entorno de Casado, recordando que no tiene contacto con el presidente desde el pasado verano. El PP, en todo caso, subrayó que no tiene intención de cerrar la puerta al PSOE como organización, sea cual sea la respuesta de su secretario general.

El CIS, por último, muestra la fortaleza de ERC, que vuelve a ocupar el primer puesto en la autonomía con una estimación del 4,3%, por delante del 3,2% de En Comú Podem. El PDECat, con un 1,4%, sigue en caída libre. Los posconvergentes obtuvieron en septiembre un 1,9%, frente al 4,1% de los republicanos y el 2,6% de los comunes.