Ninguna de las dos almas de la CUP ha conseguido imponer sus tesis en la elección de la nueva ejecutiva. Ni los postulados de Poble Lliure ni los de Endavant han convencido al 65% de los militantes que requerían para ocupar 11 de los 15 asientos del secretariado nacional. Ahora se verán obligados a entenderse, ya que se han repartido los cargos de forma proporcional a los votos obtenidos y deberán consensuar una línea estratégica que recoja todas las sensibilidades. Los cuatro miembros restantes han sido elegidos por mayoría simple al tratarse de candidaturas individuales.

La lista que refleja postulados de Endavant, 'Som llavor', ha obtenido un 648 de los votos (56,35%), mientras que la propuesta vinculada a Poble Lliure, 'Des de baix', ha registrado 472 apoyos (41,04%). Esto se traduce en que ocuparán 6 y 5 butacas en el secretariado nacional, respectivamente. La exdiputada Mireia Boya ha sido la más votada de las candidaturas individuales con 662 papeletas favorables. En la votación ha participado un 62,66% del censo de los anticapitalistas (1.158 personas).

Cinco exdiputados con nuevo cargo

Hasta cinco exdiputados asumirán su nuevo cargo a partir del próximo lunes: Albert Bortran, Mireia Boya, Joan Garriga, Eulàlia Reguant y Mireia Vehí. El resto de los nuevos mimebros son: Núria Alcaraz, Maria Ballester, Eduardo Cáliz, Aina Delgado, Jordi Escoda, Laia Estrada, Joan Miró, Iñigo Robredo, Lluc Salellas y Albert Serrats.

Esta vez se disputaron los asientos en este órgano de dirección política dos candidaturas que reflejaban los alegatos de las dos principales organizaciones integradas en la CUP, enfrentadas principalmente a la hora de decidir qué alianzas forjar en las calles y qué fichas mover en las instituciones. Lejos dejaron la lista única de consenso que sacó adelante el exdiputado Quim Arrufat para limar discrepancias, una maniobra que fue agradecida por la militancia con un amplio apoyo. En esta ocasión apostaron por poner todas las cartas sobre la mesa, partida que ha demostrado que las diferencias internas son cada vez más explícitas.

El primer desafío

La renovación interna se produce en medio de las negociaciones de los partidos independentistas para desencallar la investidura. Los 'cupaires' han apoyado reiteradamente a Carles Puigdemont como 'president', pero su disposición a liderar el Ejecutivo de forma "simbólica" desde Bruselas y la insistencia de los republicanos en forjar un Govern "efectivo" en Catalunya, mantiene a la CUP a la espera, conscientes de su pérdida de incidencia política, al lograr tan sólo cuatro diputados en el nuevo hemiciclo catalán.

Fuentes del partido aseguran que dejan la puerta abierta a la presentación de un candidato alternativo de JxCat, ya que en el pasado consejo político del 27 de enero votaron apoyar a un presidenciable que lidere "un programa de gobierno que materialice la república", y no específicamente a Puigdemont. Eso sí, matizan que volverían a discutirlo con el nombre sobre la mesa.

Los nuevos integrantes pilotarán el día a día de la formación siguiendo lo decidido en el consejo político pero los vaivenes del 'procés' harán inevitable su toma de protagonismo en las decisiones de urgencia, algo que ya levantó ampollas entre la militancia en el pasado mandato al entreverse una disminución de su carácter asambleario. Pese a que la representación se prevé para cuatro años, en cinco años este órgano se ha disuelto hasta tres veces.