Con el eco bien reciente de las proclamas del 8-M en las calles de toda España, en una jornada feminista (por su reivindicación de igualdad) y millonaria (por su participación en todo el país), los líderes políticos se entregaron ayer a la resaca en los actos preelectorales de sus partidos.

Así, el presidente del PP, Pablo Casado, anunció una «ley de apoyo a la maternidad» con medidas para disuadir a las madres que consideren la posibilidad de abortar y fomentar la adopción y la acogida de niños. En Cartagena (Murcia), Casado se dirigió a las mujeres que el día anterior le increparon en un acto de los populares con motivo del 8-M y defendió su propuesta de «una ley para apoyar a aquellas mujeres que decidan libremente ser madres».

El líder del PP dijo que no pretendía entrar en un debate jurídico sobre el aborto que, en su opinión, «quedó superado hace décadas». Sin embargo, abogó por que todas las administraciones pongan en marcha medidas económicas, fiscales, de vivienda y de conciliación para aumentar la natalidad, «sin juzgar a nadie». «¿Es esto algo tan polémico, retrógrado o tabú?», se preguntó Casado de forma retórica, intentando redirigir críticas recientes dentro y fuera de su partido a propósito de su propuesta inicial de derogar la actual ley de plazos del aborto.

El anuncio electoral de Casado de una nueva ley de maternidad se dirige sobre todo a mujeres embarazadas y madres, en especial a las mujeres menores de edad o en riesgo de exclusión social, según aclaró el PP. La ley creará un servicio de atención inmediata a las mujeres embarazadas y un portal de información sobre ayudas públicas.

El día después de la conmemoración del 8-M, Pedro Sánchez defendió el feminismo como seña de identidad del socialismo y criticó a la triple derecha de PP, Ciudadanos y Vox por calificar la violencia contra las mujeres como «doméstica o intrafamiliar», como si eso solo fuera «una cuestión entre marido y mujer» y no «un problema social».

En un mitin en Valladolid, el presidente del Gobierno sostuvo que las imágenes de las manifestaciones feministas «son las de la España de hoy y de mañana», mientras que «la [imagen] de los tres [partidos de derechas] en la plaza de Colón [de Madrid] es la de la España de ayer, a la que no debemos regresar». El líder y candidato de los socialistas se identificó con los «cientos de miles de mujeres y hombres que se manifestaron para decir sí a lo que la derecha dice no».

«RIDÍCULO Y SECTARISMO» / La portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero, aseguró que «al trío de Colón» que conforman PP, Cs y Vox «le molesta el feminismo» porque «es una propuesta política que pone encima de la mesa que es necesario poner patas arriba el modelo económico».

Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ensalzó «el éxito y ejemplo» del 8-M frente al «ridículo y sectarismo» del Gobierno ante la jornada de reivindicación feminista. «Hemos logrado mucho, pero queda mucho por hacer; hay que trabajar por la igualdad de hombres y mujeres y no caer en una guerra de sexos absurda», reivindicó Rivera en un acto de precampaña en Valencia.