Llega el primer examen a Pablo Casado solo unos meses después de llegar a la cúpula del PP. El presidente de los conservadores aseguró este viernes que está "contento" de que las generales sean el 28 de abril y celebró que su partido haya conseguido "tumbar" a Pedro Sánchez. En su opinión, el dilema de los españoles ante las urnas es este: elegir entre un PSOE que "negocie con [Quim] Torra" o apostar por el PP para aplicar un 155 "más largo" en Cataluña. Él ya anuncia que su primera decisión si llega a la Moncloa será intervenir la Generalitat.

El desafío independentista va a ser el eje principal de campaña y Casado lo dejó claro con esa disyuntiva y también compareciendo a solo un metro de una bandera de España, una enseña que habitualmente no se coloca en las ruedas de prensa de Génova. "El PP, como oposición, ha conseguido que Sánchez tire la toalla", sentenció. Según el líder de los populares, el presidente ha decidido poner punto y final a la legislatura porque su partido le ha "pillado negociando con Torra". Y avisó a los votantes de que el dirigente socialista no ha descartado volver a pactar con los soberanistas. Es cierto que el jefe del Ejecutivo no quiso cerrarse esa puerta y fue ambiguo en su comparecencia, pero Casado obvia voluntariamente que el diálogo entre el presidente y ERC y PDECat se rompió hace una semana porque Sánchez no quiso hablar de autodeterminación. Y los soberanistas, en respuesta, le vetaron los Presupuestos.

El jefe de los conservadores considera que si Sánchez ha decidido convocar es porque el PP le ha "pillado con el tema del relator". "Si no hubiera habido esa manifestación, habría habido relator (...) Si no hubiera sido por nosotros, esos Presupuestos habrían tenido la contrapartida de la autodeterminación de Catalunya", sostuvo en referencia a la concentración del domingo en la plaza de Colón de Madrid.

"Lamentar algún incidente mayor" en Cataluña

Ya ha asegurado más veces Casado que lo primero que hará si algún día es presidente es "poner orden en Cataluña". Este viernes lo volvió a repetir. Tiene en la cabeza un 155 de "más duración, con nombramiento del Govern desde el Gobierno central y devolución de todas las competencias autonómicas". Según él, si Mariano Rajoy no lo aplicó antes en 2017 es porque decidió ir de la mano del PSOE y de Ciudadanos. "Pero la situación ha empeorado, y hay que aplicarlo sin dilaciones", exclamó.

Cuando se le preguntó qué argumentos incluirá en ese posible requerimiento al 'president' Torra (el primer paso que marca la Constitución antes de aplicar el 155), respondió: "La malversación para el adoctrinamiento, las órdenes a los Mossos, lo que están diciendo directamente de lo que va a pasar en las calles de Cataluña... ¿O es que hay que esperar a lamentar algún incidente mayor?", lanzó. Casado no contestó a la pregunta de si tiene informes jurídicos que apoyen un requerimiento así, para descartar cualquier veto posterior del Tribunal Constitucional.

En Génova, además de reeditar el 155, tienen una lista de prioridades si vuelven a la Moncloa: recuperar que convocar un referéndum ilegal sea delito, abrir un proceso de ilegalización de los CDR y Arran, y reformar la ley de financiación de partidos para cerrar el grifo a los que "alientan o justifican la violencia".

Casado evitó chocar con Ciudadanos y Vox, con quienes ha pactado en Andalucía, un tripartito que no le disgustaría que se repitiera en la Moncloa, como admitió el miércoles. El líder de los ultras, Santiago Abascal, mostró en Twitter su alegría por el fin de la legislatura. "La España Viva ha derrotado por fin una legislatura infame", escribió.