La sala de la Chimenea del Congreso de los Diputados se quedó muy grande ayer para la llamada cumbre constitucionalista de Pablo Casado. Solo Ciudadanos, Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Foro Asturias respondieron a la convocatoria. El presidente del PP sigue sin encontrar su momentum contra Pedro Sánchez: ni con el escándalo de la tesis, ni con los audios del excomisario José Manuel Villarejo ni con sus ataques por la estrategia del jefe del Ejecutivo ante los independentistas ha logrado Casado por ahora tomar impulso y afianzarse en el cargo que ocupa desde el pasado mes de julio.

En la sede del PP, en la calle Génova, se pensó que sería oportuno decirle a Sánchez con una fotografía que hay una mayoría amplia contra su estrategia de «apaciguamiento» de los soberanistas catalanes, pero ha fracasado. Los populares anunciaron la cita antes de hablarlo con los partidos afectados y lo que debía ser una «cumbre» se quedó en una «primera toma de contacto».

El PP solo encontró eco en tres partidos: Ciudadanos (con 32 escaños), UPN (2) y Foro Asturias (1), y no al máximo nivel. Albert Rivera no le quiso hacer el juego y envió a Ignacio Prendes, miembro de la Mesa del Congreso, y por las otras dos formaciones acudieron el navarro Carlos Salvador y el asturiano Isidro Martínez.

Los populares también convocaron al Partido Aragonés (PAR) y Coalición Canaria (CC), pero estos descartaron su asistencia. «No hay que hacer frentes contra, sino buscar unión», justificaron. A los independentistas, los nacionalistas vascos, PSOE y Podemos no se les invitó.

Los conservadores impulsaron esta reunión el pasado día 5, horas después de que Ciudadanos organizara un acto de apoyo a la Guardia Civil en Alsasua (Navarra). El PP acusa el miedo a que el partido naranja y los ultraderechistas de Vox le arrebaten totalmente la bandera de la defensa de la unidad de España.

En un principio, el objetivo era diseñar una «hoja de ruta» para el «reforzamiento constitucional», dijo el lunes el secretario general del partido, Teodoro García Egea. «Tenemos la obligación de responder a las legítimas reivindicaciones de los españoles, que hoy nos piden hacer frente al Gobierno de Sánchez», proclamó. Sin embargo, el PP salió de la cita de una hora y media con las manos vacías, sin ninguna iniciativa concreta.

El debate de los indultos

La portavoz del grupo popular en el Congreso, Dolors Montserrat, que participó también en la reunión, se limitó a decir que se comprometieron a trabajar «conjuntamente» en aquello que les «une» como constitucionalistas. E invitó, ahora sí, al PSOE a que se sume.

Prendes, de Cs, concretó que los cuatro partidos comentaron que estudiarán las iniciativas que lleve cada uno al Congreso para tratar de apoyarlas, pero que no presentarán nada de manera conjunta. En este contexto, recordó que su partido llevará la próxima semana al pleno una interpelación para forzar una votación e impedir que en un futuro se indulte a los dirigentes del procés.

Los participantes se emplazaron a reunirse de nuevo tras las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, la primera gran prueba de fuego de Casado. La segunda llegará en mayo, con las municipales, autonómicas y europeas. Cada vez cuenta con menos meses para crear su momentum y hacerse más fuerte en la cima del PP.