Dos días después del hundimiento del PP en las elecciones catalanas, Pablo Casado anunció el cambio de sede en Madrid para huir del fantasma de la coalición. El simbólico edificio de Génova 13 dejará de ser la sala de mandos de los conservadores. La noticia sorprendió, sobre todo a los barones autonómicos, a los que el líder del PP no había informado de la decisión. Desde entonces, uno de los más críticos ha sido el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, con el que se reunió este viernes Casado. El encuentro, no podía ser de otra manera, ha tenido lugar en ese edificio.

El sorpasso de Vox en el Parlament y la pérdida de un diputado el pasado domingo dejaron a Casado en una situación complicada. Feijóo, el barón con más poder y cuyo nombre está siempre en el disparadero como posible futuro presidente del partido, exigió rápidamente hacer autocrítica. Sin embargo, la respuesta de Casado de abandonar la sede actual para alejarse de la corrupción que persigue a sus predecesores no gustó al líder gallego.

"No parece razonable", resumió Feijóo el pasado jueves en una entrevista a TVE antes de apuntar que "no estaba muy informado" del paso escogido por la cúpula nacional del partido. "Si cada vez que una empresa, organización o un partido tienen problemas con algunas personas o dirigentes y se tienen que ir del lugar, igual no quedaba ninguna sede", ironizó el presidente de la Xunta. Este viernes, continuando con los reproches a Casado, ha explicado que "del pasado no se reniega, se aprende".

Frenar a Vox

Además, el presidente del PP gallego le ha lanzado un dardo al líder de su partido. Según ha explicado, la tarea de Casado no consiste "solamente en ganar elecciones" sino en consolidar a la formación como "gran referencia y única alternativa al socialismo, al independentismo y al populismo". Unas palabras que dejan entrever los reproches de Feijóo a la dirección nacional por la estrategia escogida para hacer frente al crecimiento de Vox. A este respecto, el presidente de la Xunta tiene el aval de que el Parlamento gallego es el único en el que no ha entrado la extrema derecha.

Horas después de este encuentro, Casado y Feijóo se han reunido en la sede de Génova -la cuál no se sabe todavía cuándo dejarán-. Desde el entorno del presidente del PP han señalado que la reunión se ha debido a la visita del político gallego a Madrid para mantener un cita con la vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera.