Cuando Pablo Casado escogió a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso, varios de los llamados 'barones moderados' (el gallego Alberto Núñez Feijóo y el andaluz Juanma Moreno) se quejaron abiertamente de que no era el mejor perfil para representar en el PP en un puesto tan relevante. La dureza en las posiciones políticas de la experiodista, que abandonó el partido en 2015 al considerar que Mariano Rajoy no daba la respuesta debida al desafío catalán, y su estilo directo hacían prever salidas de tono y patinazos, como así ha sido. Desde afirmar que la situación política derivada del 'procés' es "peor que cuando ETA mataba" hasta su posición respecto al consentimiento en las relaciones secuales ("¿De verdad van diciendo ustedes 'sí, sí, sí'?"), pasando por la acusación a Pablo Iglesias de ser "hijo de un terrorista". Cada pocos días, Álvarez de Toledo eclipsa a Casado y al resto de dirigentes y contribuye decididamente a radicalizar el discurso de su partido.

En ese último episodio con el vicepresidente segundo del Gobierno, incluso, dinamitó la estrategia de aquel día del PP, que estaba volcado en acorralar al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por su decisión de cesar al coronel Diego Pérez de los Cobos. "Basta ya de espectáculos parlamentarios", se quejó Feijóo pocas horas después. "Debemos estar a la altura", reclamó el presidente de Murcia, Fernando López Miras (PP). Sin embargo, Casado obvia esta realidad y asegura que en su partido no hay dos almas, no hay una división entre "duros" y "blandos" y acusa a Pedro Sánchez de alentar esa división. Así lo ha dicho en su discurso telemático de este lunes ante la junta directiva nacional, el órgano más amplio del partido (más de 500 participantes entre diputados, senadores, presidentes autonómicos, alcaldes de las ciudades más importantes...). Ha sido la primera vez que se reunía desde que empezó la pandemia.

Casado ha dicho a los suyos que el presidente del Gobierno ha puesto en marcha una "estrategia de división", intentando "fraguar una política de bloques" y recuperando la "vieja receta de la crispación". A su juicio, es falso que haya "un Partido Popular duro y otro blando" y ha llamado (una vez más) a los suyos a liderar la "mayoría centrada", con un PP "ampliado" que se convierta en esa "gran plaza mayor de la España constitucional".

Retratarles como una derecha "crispadora"

El presidente del PP ha asegurado que Sánchez quiere retratarles como "la derecha dura, crispadora, desagradable" e instalada "en el 'no es no'" con el objetivo de "neutralizar" su labor de oposición y "blanquear el Gobierno más ultra de la historia".

"Tenemos evidencias más que suficientes de que Sánchez ha empezado ya a bombear la vieja receta de la crispación con la que pillaron a Zapatero en un 'off the record' o a su predecesor con el clásico dóberman", ha enfatizado, para añadir que esto no es "ninguna sorpresa".

Casado dice que no quiere encabezar un PP "ni desestabilizador ni bronco" que pierda de vista "sus obligaciones institucionales", aunque, ha añadido tampoco va a liderar un partido "ingenuo" o "incauto". En su opinión, ser "moderado", eso que dice que quiere que sea su partido, es "ajustar las palabras y los actos a la verdad de lo que ocurre". "Voy a defender un PP firme y en su sitio. Un PP centrado en las cuestiones esenciales para España, un PP propositivo, realista", ha asegurado, para añadir que "irresponsable" no es quien alerta de la "naturaleza divisiva y reaccionaria" del Gobierno sino "quien señala al PP en vez de señalar al Gobierno".

El jefe de la oposición también ha dedicado varios minutos al impacto del covid-19 y, en ese contexto, ha pedido a los dirigentes que no "desaprovechen" el "sufrimiento" y evitar que Sánchez y sus socios puedan tener otra oportunidad para seguir gobernando. "Esta crisis, además de sufrimiento y dolor, está generando también un capital nacional en forma de responsabilidad, moderación y cuidado mutuo que no tenemos derecho a desaprovechar (...) Tenemos que hacer de esta tragedia el inicio de la mejor España posible, y no una nueva oportunidad para quienes pretenden destruirla", ha proclamado.

Crear una Oficina Nacional de víctimas del covid-19

En su alocución, el presidente de los populares ha anunciado que propondrá el miércoles en el Congreso crear una Oficina Nacional para atender a los familiares de las víctimas del covid-19 y también a los enfermos a los que les hayan quedado secuelas por el coronavirus. También quiere que se fije una fecha anual para recordar a los muertos por esta pandemia y ha vuelto a denunciar que el Gobierno oculta la cifra real de fallecidos. Ha afirmado que, como mínimo, el Ejecutivo esconde la muerte de 16.000 personas al comparar el número dado por la Moncloa (a 7 de junio, 27.136) con el aumento de mortalidad registrado por el Instituto Nacional de Estadística y el del Instituto de Salud Carlos III.

Casado ha confirmado también que, cuando pase el estado de alarma, solicitará la creación de una comisión de investigación sobre la gestión del Gobierno en esta pandemia.