Pablo Casado ha aprovechado su escala en Valladolid, una de esas provincias pequeñas que, según las encuestas, pueden convertirse en su lastre el 28-A, para advertir sobre la falta de experiencia de Vox y de Ciudadanos. En la plaza frente a la iglesia de San Pablo, el candidato del PP ha avisado a los que dudan sobre a quién votar que tardarán "otros cuatro años" en poder hacerlo si se equivocan. No valdrá arrepentirse. "No hay segunda vuelta, no hay un libro de reclamaciones. A lo mejor alguno dice 'oye, que me di el gustazo y voté a alguien que vino por aquí'. Y, en efecto, no tenía nada, no había gestionado nada, no tenía equipo, no eran más que tránsfugas, personas que acaban de llegar. No era más que alguien que vendía humo y nos hemos dado de bruces con la realidad", ha exclamado ante unas dos mil personas.

En Valladolid, donde se juegan cinco escaños, el último CIS señala que el PP perdería uno de los dos diputados que tiene y entraría Vox con un parlamentario. Unidos Podemos se quedaría sin el que tiene, el PSOE subiría de uno a dos y Ciudadanos mantendría el parlamentario obtenido en 2015.

Casado ha pedido "concentrar esfuerzos" en la candidatura popular, que en la provincia encabeza la exministra Isabel García Tejerina, el ejemplo, en su opinión, de que su partido tiene experiencia de gestión. El candidato conservador da por hecho que necesitará pactar con el resto de partidos de la derecha, pero subraya que "el motor" solo puede ser el PP.

Burla del holograma

El candidato a la Moncloa se ha llegado a burlar del "holograma" que utilizó Albert Rivera la noche del arranque de campaña y le ha pedido que no se equivoque de "adversario". "El adversario es Sánchez. Qué nervios", ha soltado antes de quejarse que el político catalán le achaque falta de energía. "Pero si llevamos siete veces más actos que ellos! Estos de la nueva política!", ha añadido.

El reparto de ministerios

Pese a este rapapolvo a Ciudadanos y Vox, Casado también ha mantenido en su discurso las críticas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, un peligro para España, ha subrayado. "Dejar a Sánchez en la Moncloa es dejar al zorro al cuidado de las gallinas", ha asegurado antes de dejar Valladolid para visitar una granja de gallinas en Meneses Campos (Palencia). El político popular ha repetido del riesgo de que "venda España a trozos y a plazos con tal de seguir en la poltrona". En su alocución, ha ido mostrando su temor a que si el socialista forma Gobierno acabe entregando a Pablo Iglesias el Ministerio del Interior; a Quim Torra, Administraciones Territoriales; a Carles Puigdemont, Exteriores y a Arnaldo Otegi, Justicia.