El ayuntamiento de Madrid es el buque insignia que Podemos exhibe como ejemplo de eficacia en los gobiernos del cambio. Sin embargo, el proyecto institucional de mayor peso político en manos de los morados vive un trance de consecuencias inciertas. Las disputas entre las distintas familias que componen Ahora Madrid [Podemos, Ganemos, Equo e IU] se han enrarecido especialmente cuando van a cumplirse dos años -en mayo- del triunfo frente a Esperanza Aguirre (PP).

Manuela Carmena, consciente de la gravedad de la pugna, ha decidido tomar cartas en el asunto y reúne este viernes a sus concejales en un intento de zanjar los disensos entre facciones y poner sobre la mesa las repercusiones que podrían derivarse si no rebaja el malestar. Hasta dónde lleguen esas decisiones dependerá en buena medida del desarrollo de ese encuentro, en la sede del ayuntamiento, en el Palacio de Cibeles.

Fuentes de las distintas sensibilidades del equipo municipal y personas de diferentes esferas de la política madrileña han confirmado a este diario lo delicado de la situación y el golpe emocional que supone para la alcaldesa que su equipo se enmarañe en un desencuentro permanente. Recuerdan que Carmena, con 73 años recién cumplidos, se comprometió a estar al frente del ayuntamiento durante una única legislatura para “ayudar” con su experiencia en la judicatura a una generación mucho más joven a empezar a rodar en las instituciones.

SOLEDAD Y REFLEXIÓN

Personas de su confianza vienen explicando desde hace tiempo la “soledad” que en ocasiones dice sentir, sumada a un cierto desamparo por la escasa experiencia profesional de sus concejales y el clima de tensión que se ha instalado en el grupo de gobierno. Su entorno admite que en varias ocasiones ha reflexionado sobre su continuidad al frente del proyecto.

Las discrepancias en el seno de Ahora Madrid se evidencian con frecuencia. La última, en el pleno del pasado miércoles. Ocho concejales abandonaron la sesión para no votar a favor de una declaración de condena por la ocupación de la organización juvenil de izquierda independentista Arran (afin a la CUP) de la sede del PP en Barcelona.

El malestar alcanza al PSOE, aliado en la investidura de Carmena, que se ha alineado con el resto de la oposición para exigir a la alcaldesa que destituya al tercer teniente de alcalde, Mauricio Valiente (IU), que en el pleno del mes pasado votó en contra de la liberación de los presos políticos en Venezuela.

Fuentes municipales dan por hecho que la edil le retirará las competencias del plan estratégico de derechos humanos. Hace dos semanas ya destituyó a Celia Mayer como concejal de Cultura, por su gestión en polémicas tan sonadas como la crisis de los titiriteros, la cabalgata de los Reyes Magos o la ley de memoria histórica.