Impermeable a las confesiones de los distintos implicados -la más demoledora, la de su exmano derecha en el partido, Ricardo Costa-, el expresidente de la Generalitat Valenciana y del PPCV Francisco Camps negó ayer las acusaciones vertidas sobre él en el juicio de la rama valenciana de la Gürtel. «Niego la financiación ilegal del PP», sentenció, y especificó que lo hacía «rotundamente» y «absolutamente».

A Camps le ha parecido «inexplicable» incluso que se le mencione durante el juicio, e indignante que haya quien crea las acusaciones de los cabecillas de la Gürtel y de su antiguo lugarteniente, que le sitúan como cerebro de los pagos de actos electorales en negro y a través de empresarios.

«No puede ser que todavía dejemos un hilo de duda respecto a mi papel. Como ciudadano, me parece injusto», dijo. El exmandatario popular subrayó que «jamás» dio «ninguna orden para que se cometiera ninguna ilegalidad». «A lo largo de una larga instrucción nadie ha dicho nunca jamás nada de mí, ni se me ha citado siquiera como testigo, me parece inexplicable que ahora se me mencione. No sé si obedece a un pacto con la fiscalía o entre los procesados», deslizó Camps.

Aunque reconoció que para él es «dolorosísimo» ver a sus antiguos colaboradores en el banquillo, Camps, «sereno pero enfadado», envió varios mensajes a Costa. «El derecho a la defensa no da derecho a la ofensa», apuntó.

También anunció que aprovechará su declaración como testigo para resaltar «cuestiones que no encajan». Del mismo modo, le recordó a su exmano derecha en el PP valenciano que si una persona recibe instrucciones para hacer algo ilegal, «tiene varias opciones: no hacerlo, dimitir y ponerlo en conocimiento del fiscal o del juez».

Camps declaró que no piensa renunciar al Consejo Jurídico Consultivo (CJC) y subrayó: «El pueblo valenciano me juzgó y dijo que yo era inocente», en referencia al jurado popular que le absolvió en el caso de los trajes, sobre el que «el Tribunal Supremo corroboró la sentencia». También dijo que aunque le retiren el carnet del PP, siempre militará de corazón.

Las reacciones a la confesion de Costa no tardaron en llegar. El presidente valenciano Ximo Puig pidió que sea el propio Camps quien renuncie a su plaza en el CJC. «Hay cuestiones que tienen que ver con la ética que cada uno tiene que asumir», apuntó. Eso sí, el dirigente socialista recordó que todo este caso «va más allá de un comportamiento personal» y que «afecta de manera nuclear al partido que ha dirigido durante 20 años la Comunidad Valenciana».

Más explícito fue su compañero Manolo Mata, portavoz del PSOE en las Cortes valencianas: «Camps ha pasado de molt honorable a molt miserable. Por decencia, no puede seguir cobrando ni un céntimo más de los valencianos en ninguna institución pública».

Oltra apunta a Rajoy

En Compromís apuntaron más alto, y lo hizo la vicepresidenta Mónica Oltra. «Ahora a ver cuánto tardamos en saber que también Rajoy movía los hilos a nivel de España», señaló. Oltra dijo que Camps debería dimitir «por vergüenza» y recordó que si lo hubiera hecho en la fase de instrucción ahora estarían como investigados «todos» los que deberían estarlo.