Carmen Calvo se ha despachado este jueves contra Podemos. Tras varios días en los que las disputas entre los socios de la coalición han dado un salto cualitativo, con los morados maniobrando en contra de proyectos de los socialistas y acusándoles de deslealtad, la vicepresidenta primera ha acusado al partido de Pablo Iglesias de incoherencia, les ha afeado sus formas y ha atribuido su actitud a la falta de experiencia gobernando.

El origen del último choque, quizá el más grave desde que se constituyó el Ejecutivo a comienzos del año pasado, tiene su origen en la ley de igualdad de trato, registrada por el PSOE en el Congreso. Podemos no respaldó esta iniciativa, pero además maniobró sin éxito para que ERC y otros aliados tradicionales del Gobierno votaran en contra y la norma no fuese admitida a trámite. Nunca antes había pasado nada parecido.

"Me parece incoherente. Estar trabajando en una legislación lgtbi, y por otro lado cuando se está haciendo una legislación sobre no discriminación, que ese partido no esté ahí me parece una incoherencia. Se está en política para las cosas reales", ha dicho Calvo en la Cadena Ser, aludiendo a las leyes lgtbi y trans del Ministerio de Igualdad, que también son objeto de discordia, con el departamento que dirige Irene Montero reclamando que se aprueben ya y la parte socialista del Gobierno, encabezada por la vicepresidenta primera, dejando claro que todavía queda mucho trabajo por delante, porque hay aspectos que cambiar.

Para Calvo, que haya distintas posiciones entre los miembros de una coalición es "normal". Pero no que se aireen constantemente, como en su opinión hace Podemos. Me preocupan más las formas que el fondo. Lo normal es que tengamos discrepancias en los contenidos. A mí lo que me preocupan son las formas, ha insistido. A su juicio, lo que subyace en este enfrentamiento es la bisoñez de los morados. Podemos es un partido distinto. Tienen una cultura política diferente. Nuestro partido se va acercando al siglo y medio. Yo no califico. Es diferente. Todos los cuadros del PSOE estamos muy acostumbrados a tener cargos públicos, ha dicho.

Y es esa inexperiencia la que explica, según la vicepresidenta, declaraciones como la del portavoz parlamentario de los morados, Pablo Echenique, sobre las manifestaciones violentas de estos días en Barcelona y Madrid en contra de la encarcelación del rapero Pablo Hasél. Todo mi apoyo a los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles. Ayer en Barcelona, hoy en la Puerta del Sol, escribió el miércoles Echenique en su cuenta de Twitter.

Quienes tenemos un cargo público tenemos que vivir nuestra vida con cierta complejidad. Una cosa es lo que tú puedas pensar y otra es la responsabilidad de tu cargo. Una cosa es defender una democracia exigente con la libertad de expresión y otra alentar una situación en la que vimos heridos y detenidos. Eso es inabarcable dentro de nuestra responsabilidad como cargos públicos, ha argumentado Calvo, para quien ningún derecho se puede defender ni expresar con violencia. Aun así, la vicepresidenta ha defendido la anunciada reforma del Código Penal, aún sin fecha, para que los llamados delitos de expresión no conlleven penas de cárcel, algo de lo que se beneficiaría el propio Hasél. A Pablo Hasél se le están aplicando las normas. Se pueden cambiar, pero de momento las tenemos que cumplir todos. Y esto es muy progresista, muy de izquierdas, ha dicho.

El Rubicón de Casado

Calvo, por último, se ha mostrado optimista, ahora que han pasado las elecciones catalanas, sobre la posibilidad de un pacto con el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva más de dos años con su mandato caducado. El miércoles pasado Pedro Sánchez y Pablo Casado acercaron posiciones sobre este asunto durante una conversación telefónica.

Creo que el señor Casado está ya en la realidad. Para Casado, Cataluña fue un Rubicón tremendo y una vez pasado toda esa recomposición tiene que ser inminente, ha señalado. De momento, la polémica, reforma del Consejo General del Poder Judicial para rebajar las mayorías parlamentarias exigidas en su renovación y que no sea necesario el concurso del PP, sigue congelada, a la espera de que Casado pacte.