La sesión de control al Gobierno en el Senado ha comenzado con una foto. Salomé Pradas, del PP, ha mostrado una imagen de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, que celebró su primera reunión la semana pasada. "Esto no es una mesa. Es la mesa de la humillación. Es la venta por fascículos de España", ha opinado la dirigente conservadora, que a partir de aquí ha repetido, en su pregunta a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, los típicos argumentos de su partido frente al diálogo territorial. A grandes rasgos: que Pedro Sánchez se "arrodilla" ante el independentismo para "conservar su sillón monclovita". Y Calvo tampoco se ha salido del guión habitual de los socialistas, pero ha dejado claro que el objetivo del Gobierno con la mesa es que no vuelva a celebrarse un referéndum como el del 1-O.

Mientras JxCat y ERC señalan que están sentados en el organismo para conseguir la autodeterminación, el Ejecutivo asegura que la finalidad del ente es justo la contraria: impedir la posibilidad de que Cataluña se independice.

EL PACTO DEL 155

EL PACTO DEL 155 "Hacemos política para que no vuelva a ocurrir lo que a ustedes les ocurrió", ha dicho la vicepresidenta, en referencia al referéndum del 2017, que motivó la aplicación del artículo 155, pactado entre el PSOE y el PP, para suspender la autonomía catalana y convocar elecciones. Prada se había detenido justo antes en ese acuerdo, recordándolo con nostalgia. "Qué tiempos aquellos en los que ustedes estaban al lado del constitucionalismo", ha señalado la senadora del PP.

"Sí, qué tiempos le ha contestado Calvo-. Tiempos en los que el PSOE era leal en la oposición cuando había una situación crítica. Qué tiempos. ¿Y ahora ustedes dónde están, con esa hiperventilación que les hace perder oxígeno electoral? Esta situación es herencia de su incapacidad de hacer política. Ustedes han dejado de ser un partido de Estado, están arrastrados por la ultraderecha".