España tiene un peso bastante escaso en India. El país asiático ocupa el puesto 36 como destino de la exportación española, y en su enorme territorio, casi seis veces el tamaño de la Península Ibérica, apenas residen 1.500 españoles. Pero el Gobierno cree que hay mucho camino por recorrer en el subcontinente.

"Las relaciones son incipientes, pero el potencial muy importante", dijo este lunes el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, a bordo del avión oficial que le trasladó a Nueva Delhi. Borrell estará en la capital india hasta el jueves, durante una visita que tiene dos objetivos: aumentar el peso de las empresas españolas en la sexta economía del mundo y participar en el Diálogo Raisina, un foro multilateral que desde su creación en el 2016 pretende ser el equivalente asiático de Davos.

El principal contrato de las cerca de 200 empresas nacionales que ahora mismo trabajan en India es de Airbus, para fabricar 56 aviones, 16 de ellos en España y los 40 restantes en el país asiático. El contrato ya ha sido concedido, pero aún no se ha firmado, algo que Borrell confía en ayudar a desbloquear durante este viaje. Al mismo tiempo, Navantia trabaja para lograr la fabricación de cuatro portahelicópteros.

"Hay muchísimas cosas por hacer. En desarrollo ferroviario, por ejemplo. También en el energético y en el tratamiento de aguas", explicó Borrell. Con 1.340 millones de habitantes, India se encuentra cerca de superar a China como país más poblado del mundo. Pero las diferencias entre los dos gigantes asiáticos son importantes. "India es un país muy proteccionista, muy cerrado. El equilibrio entre China e India es complicado. Pero en China es todo más fácil", dijo el titular de Exteriores.

La visita de Sánchez

Entre el martes y el miércoles, Borrell se reunirá con su homólogo indio y con los ministros de Defensa y Transportes. Al tratarse de una antigua colonia británica, que no se independizó hasta mediados del siglo XX, el peso del Reino Unido sigue siendo muy relevante, algo que contribuye a cierto "nerviosismo" indio, dijo Borrell, a las puertas de que el Parlamento británico vote el acuerdo del 'brexit'. "Queremos transmitir tranquilidad, con la idea de que las relaciones entre la UE e India, tras el 'brexit', seguirán siendo iguales o mejores", señaló el ministro. Pese al pequeño papel de España, la UE es el principal socio comercial de India, con un 15% del total de sus intercambios en bienes y servicios.

La visita de Borrell, por último, también servirá para explorar la posibilidad de un viaje oficial del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que todavía no ha pisado suelo asiático. En el 2017, con Mariano Rajoy en la Moncloa, el primer ministro indio, Narendra Modi, estuvo en Madrid. La idea del Ejecutivo pasa porque la visita de Sánchez se produzca después de las elecciones autonómicas, municipales y europeas de finales de mayo. Un síntoma más de que el Gobierno no piensa en un adelanto de las generales a corto plazo.