La ministra de Administración Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, ha dejado claro este lunes que no entra en los planes del Gobierno introducir el derecho a decidir en una propuesta de reforma constitucional: "No contemplamos esa posibilidad como no la contemplan la mayoría de las constituciones del mundo", ha sentenciado, en declaraciones a RNE.

Batet ha defendido una reforma constitucional fraguada en la comisión del Congreso que analiza el modelo territorial, un espacio donde, a su juicio, es "importante que comparezcan expertos" para hacer un "análisis serio y riguroso" de la situación y que exista "voluntad de los partidos políticos" porque "sin consenso no se va a reformar nada" y "no se puede avanzar".

Para Batet, la reforma es necesaria porque "la crisis territorial no ha hecho más que crecer" en los últimos años, "en gran medida", ha añadido, "porque el Gobierno de España negó la existencia de la crisis y la posibilidad de buscar soluciones o hacer política".

Todas las fuerzas

Batet ha insistido en la necesidad de activar la comisión parlamentaria y en que participen todas las fuerzas políticas con representación en el Congreso. "Hay muchos grupos parlemantarios que no están y urge que vayan, participen activamente y aprovechen uno de los mejores instrumentos que tenemos en la mesa para concurrir, participar en un debate sereno y abordar qué es lo que cada uno de nosotros quiere plantear", ha destacado.

Preguntada por los artículos del Estatut de Catalunya tumbados en su día por el Constitucional y que se podrían recuperar, Batet ha señalado aquellos que fueron declarados inconstitucionales "no por el contenido sino porque el Estatuto no era la norma adecuada para regular la materia" y ha explicado que algunos de ellos versan sobre leyes orgánicas del Estado como la del Poder Judicial.

"Ahí hay margen para trabajar, es verdad que afecta a leyes orgánicas, y que cuando nos planteamos modificar este tipo de leyes hay que hacerlo desde el punto de vista del consenso y de acuerdos muy amplios, porque no son leyes que se puedan ir modificando al albur de una mayoría coyuntural, es bueno que respondan a un sentimiento mayoritario y transversal", ha apostillado.

Cadena humana en Euskadi

Sobre la manifestación este fin de semana en el País Vasco en defensa del derecho a decidir, "poca valoración". "La respeto y no tengo mucho más que decir. Espero que la tensión política se rebaje en todas partes. Nuestra acción de Gobierno se va a centrar en eso, es dialogar con todo el mundo, hablar con todo el mundo y garantizar la convivencia en todos los territorios", ha apostillado.

Batet también ha comentado las palabras del ministro Josep Borrell sobre que Catalunya está "al borde de un enfrentamiento civil". Sin aludir directamente a las palabras de su compañero de gabinete, ha incidido en que es "lamentable" que "en los últimos meses ha habido una degradación de la convivencia" que ella misma ha vivido "en primera persona".

"Esa degradación se ha producido. Es uno de los principales retos que tenemos los poderes públicos. En primera línea el Govern de la Generalitat de Catalunya, pero también el de España y tenemos que trabajar para recuperar esa convivencia (...). Es el momento de intentar redireccionar esto, cambiar el rumbo y normalizar la convivencia", ha señalado.

Ponsatí y el "farol"

Asimismo, preguntada por las declaraciones de la 'exconsellera' Clara Ponsatí, en relación a que los independentistas estaban jugando una partida de póquer contra el Gobierno y fueron "de farol" -tal y como recogió el diario belga 'L'Unilateral'-, Batet considera que evidencia una vez más la "gran irresponsabilidad de un gobierno que ha estado jugando con una sociedad entera".

"Han estado jugando con siete millones de catalanes. Es muy decepcionante, frustrante e indignante, la verdad. Siento indignación porque la situación actual en Cataluña, haber perdido las instituciones de autogobioerno con el 155, la degradación de la convivencia, las consecuencias económicas con la huida de empresas, la ruptura de acuerdos municipales que funcionaban (...) todo eso, va a perdurar", ha explicado.

"Ellos ahora pueden confesar que estaban jugando a póquer o decir que se equivocaron, pero las consecuencias de sus decisiones y sus actos van a perdurar mucho tiempo y al final, ese daño que han hecho tiene que pesar sobre sus espaldas y espero que pese", ha apostillado.