Si el miércoles Inés Arrimadas ya consideró una «vergüenza» la convocatoria exprés de la investidura de Jordi Turull, no iba a bajar el listón ayer. A primera hora de la mañana Ciutadans reclamaba que se convocara a la Mesa y la Junta de Portavoces del Parlament con el objetivo final de que se suspendiera el pleno de la tarde, pero Roger Torrent hizo oídos sordos de la reclamación. Después, ya desde el atril, la líder naranja fue a degüello contra un candidato «que no es creíble» y que «en la novela de ficción del procés será un capítulo breve». «No puede formar parte de la solución quien formó parte del problema», espetó a Turull. «Usted ha sido capaz de decepcionar a todo el mundo con su discurso. No ha venido con la valentía de reconocer la verdad, que no hay república ni Arcadia feliz». Y añadió: «Si no tuviera el viernes una cita en el juzgado, no estaría aquí. Usted no está aquí para ser presidente y lo sabe».