Sesiones de yoga, actividades grupales, muchas sesiones de piscina y de vídeo, todo ello encaminado a visualizar el éxito, un objetivo que persigue mañana la selección femenina española de waterpolo, que jugará su segunda final en un Mundial, esta vez ante la todopoderosa Estados Unidos.

El equipo de Miki Oca, con cuatro incorporaciones y dos bajas por estrés (Maica García y Roser Tarragó), volverá mañana a una final después de tres años de la última, curiosamente un partido que se jugó en la piscina de la isla Margarita, una de las cunas del waterpolo mundial, donde España se llevó el oro Europeo en 2014.

España juega contra el favoritismo de las estadounidenses, campeonas de todo, y que no pierden un partido en una gran competición desde que lo hicieran en el Mundial de Kazán 2015, una derrota intrascendente ante Italia que no manchó después el historial del equipo de Adam Krikorian.

Y para darle la vuelta a la lógica, ha vuelto España a darle una vuelta de tuerca a su estilo, a ese 'ADN' de equipo luchador incansable que le ha llevado a ganar un Mundial (2013), una plata olímpica (2012) y el Europeo de 2014.

Defensa, anticipación, pero también creer en que el objetivo es posible. Ahí entra la psicología positiva, la visualización del éxito, a veces por medio del recuerdo de éxitos pasados, otras a través de lo que el deportista piensa que puede conseguir.

Oca es quien lleva la batuta en el plano deportivo y también en el ámbito emocional. El equipo ha trabajado con una experta en yoga, pero el técnico también secunda la idea de que a partir de recuerdos positivos, todo es más fácil.

"Miki nos dice que hay que ir paso por paso, que hay que tener los pies en el suelo, que nunca puedes pensar que lo tienes todo hecho, porque te quedan 32 minutos y ya lo tienes. Necesitas toda la concentración", asegura a EFE Mati Ortiz.

Las jugadoras de Oca creen que pueden dar mañana el 'sorpasso' y Laura Ester, la meta del equipo, recuerda que España vino a este mundial con el objetivo de estar en lo más alto.

"Todas hubiéramos firmado antes de llegar a este Mundial estar en la final y una vez en ese partido, vamos a ir a por todo, a morder a las yanquis, y a quien se nos ponga por delante, porque nos queremos llevar el oro", insiste.

Ester comenta que España es una mezcla de jugadoras experimentadas y de novatas, de algunas que han ganado mundiales y de otras que apenas han debutado en el concierto internacional.

"por eso en los primeros partidos no acabábamos de entrar en competición, pero en cuanto hemos visto de que somos un gran equipo y de que podemos hacer las cosas bien, entonces nos hemos dado cuenta de que con nuestro juego podemos ganar a cualquiera", ha dicho.

Y es que España, la selección femenina de waterpolo, tiene un sello propio que la guardameta resume: "No tiramos al agua y no nos damos por vencidas, luchamos hasta el final, vamos juntas a por el objetivo, nos animamos y nos ayudamos. La unión de este equipo es importante para ir siempre hacia adelante".

"Los demás equipos ven que hemos cambiado a cuatro jugadoras y que seguimos ahí. En ningún momento nos damos por rendidas, le ponemos muchas ganas y eso es un buen sello", ha asegurado Mati Ortiz.

Oca no abandona su discurso. Diseña la estrategia dentro y fuera de la piscina, piensa en cómo el yoga puede ayudar a sus jugadoras y hace piña en una dura sesión de 'running' en el pico Veleta o en esas sesiones en las que entre todas visualizan el éxito.

"No nos cuestionamos las opciones que tenemos (de ganar) antes de jugar un partido, queremos jugar un buen partido, dar lo mejor de nosotras mismas y luego todo se dará", comenta el técnico a EFE.

Laura Ester recuerda que lo más importante es no empezar mal (1-6 en el partido de la primera fase). "Hay que tomar la iniciativa y que no te sorprendan. Si nos quieren ganar, van a sufrir y mucho", ha dicho.

"Lo importante es la cohesión y las ganas de trabajar. Una final se decide en pequeños detalles", ha indicado Ortiz. Pequeños detalles: yoga, 'running', sesiones de psicología positiva, todo vale para lograr una medalla. ¿Oro o plata?