-¿Qué efectos ha tenido en su asociación la crisis sanitaria del covid-19?

-Las empresas de Asfaco no han sido ajenas a la crisis. Al ser una asociación multisectorial y transversal, hemos podido observar la evolución de la epidemia desde diferentes puntos de vista económicos. Los sectores de hostelería y alojamiento han sido los más afectados, pero otros como el retail también, quedando solo la venta online como único escaparate. Otro de los sectores mayoritarios que representamos es al sector servicios, cuya reducción ha sido menor en algunos casos -como la abogacía o la consultoría- o de gran incidencia, como las academias o los seguros.

-¿Cuáles han sido los principales problemas que ha tenido que abordar?

-El principal problema ha sido y es la incertidumbre. El empresario es capaz de lidiar con muchos inconvenientes pero la incertidumbre es la principal amenaza. No se puede hacer una proyección empresarial en un entorno volátil, al igual que no se pueden plantear estrategias a futuro sin tener un conocimiento siquiera orientativo del mercado al que nos vamos a enfrentar. A ello se le suman los problemas evidentes de retraso en pedidos, materiales, así como la pérdida de productividad generada en muchas ocasiones por el miedo -humano y necesario- a la enfermedad.

-¿Qué medidas piden a las administraciones para que se pueda agilizar la actividad?

-Es prioritaria la eliminación de trabas burocráticas, exigencia que viene de antiguo y resulta vital para la reactivación de la economía, no solo en cuanto a licencias de obras sino en materia de medio ambiente, turismo, energía e incluso en contratación pública. Además se hace necesario el acceso a la financiación con el apoyo de la administración, así como la flexiseguridad en materia laboral. Otra de las prioridades es la decidida apuesta por conseguir entornos digitales en todas las empresas. Para ello se hace vital el apoyo de las administraciones.

-¿Qué es prioritario para su asociación y por qué?

-Apostamos por la colaboración público-privada para salir de esta crisis. Sin una reacción conjunta por parte de todos los actores sociales, incluidos sindicatos, difícilmente podremos superar el reto. Las verdaderas consecuencias de la crisis se van a notar a partir de septiembre. Es muy importante estar preparados. Una cosa ha quedado demostrada: hay que repensar Córdoba dentro de un plan estratégico global. Es vital el desarrollo de la provincia como centro logístico, en ello nos va el futuro.