Según se recoge en el estudio Inversión y crecimiento sostenible: retos y oportunidades en la gestión profesional del ahorro2, de la Fundación de Estudios Financieros y coordinado por EY, el ahorro en nuestro país se destina mayoritariamente a la inversión en inmobiliario así como en depósitos.

Esto, por un lado, refleja un perfil general conservador y con poca liquidez pero, de la misma manera, ofrece un potencial importante para desarrollar instrumentos que fomenten una mejor planificación del ahorro en objetivos, plazos y resultados.

En este sentido, existe «un nuevo entorno estructural --explica el estudio-- en el que pueden destacarse varios elementos: la evolución demográfica, la disrupción tecnológica, los bajos tipos de interés y el cumplimiento regulatorio» para el que es fundamental mantener la confianza de los clientes mediante una gestión profesional del ahorro con resultados diferenciales en términos de rentabilidad y riesgo.

Y sobre este entorno y nuevas y mejores formas de atención a los clientes e inversores, destaca que «afrontar estos retos es también muy importante para el crecimiento, el desarrollo y la estabilidad económica. Proporciona financiación y aporta seguridad».

En relación al impacto de la pandemia, el estudio ratifica la importancia que tiene el ahorro para la economía en momentos como los que estamos viviendo.

Importancia desde el punto de vista de la gestión de activos y del conjunto de la economía para estimularla.

«El ahorro --explica el estudio-- sirve para suavizar la capacidad de consumo de los agentes económicos y proporcionar un margen de seguridad financiera. Esto, en situaciones como la actual, de caída de renta y del nivel de empleo, facilita el que se puedan afrontar los retos propios de este entorno».