La crisis económica del 2008 puso de manifiesto que había que buscar una manera de analizar la solvencia de los bancos y los expertos crearon los llamados ‘test de estrés’: pruebas de resistencia para demostrar la fortaleza del sector financiero. Este domingo, Pablo Casado se somete a su particular test de estrés. Dependiendo del resultado que el PP obtenga en la triple convocatoria de municipales, autonómicas y europeas, varios dirigentes del partido consultados admiten que se abre un abanico de opciones que incluye desde la continuación de la actual dirección, que podría incorporar a políticos con perfil centrista para contentar a la oposición interna, hasta la creación de una gestora que llevara a la celebración de un congreso extraordinario. “El tema ya no es si Pablo sí o Pablo no. El tema es la posible desaparición del PP”, se lamenta un miembro destacado del partido que recuerda que Cs ha quedado solo a nueve escaños.

Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, es el más señalado como posible salvador de las siglas, aunque con su galleguidad habitual, según alguna de las pocas personas que han hablado con él de este asunto, sigue sin aclarar si quiere dar el paso o espera unos años para no hacer toda la travesía del desierto en la oposición. Algunos creen que debería tener presente la experiencia de la dirigente del PSOE Susana Díaz, que se pensó que el tren pasaría varias veces por su estación.

MADRID, CASTILLA Y LEÓN Y MURCIA

Pero hasta que se abran las urnas, todo son hipótesis. En la actual dirección marcan solo una línea roja: que Ciudadanos no les supere en número de votos en las municipales. Ese sería el peor escenario, pero es casi imposible que ocurra, puesto que el partido de Albert Rivera solo se presenta en 2.148 ayuntamientos y los populares en casi 7.000. El sector crítico, que empezó a gestarse cuando la nueva dirección elaboró las listas al Congreso y el Senado y apartó a políticos con experiencia de los primeros puestos, considera que hay otro baremo con el que medir la gravedad de la situación después de que Casado haya perdido ya la mitad de los escaños en las generales (de 137 a 66). La línea roja para esta parte del partido se coloca en la pérdida de la emblemática Comunidad de Madrid, en la que el presidente del PP colocó como candidata a su amiga Isabel García Ayuso, desconocida para la mayoría de los madrileños.

Si esta región, que está en peligro, cae y los conservadores tampoco logran retener Castilla y León ni Murcia ni ayuntamientos como Málaga o Badajoz (pactando con Ciudadanos y Vox), varios de los dirigentes consultados consideran que Casado debería dar un paso atrás. Además, los colaboradores de Rivera creen que pueden superar a los populares en votos en las municipales de Valencia y Zaragoza de manera que al final, de haber pacto de derechas, la cabeza visible sería de Ciudadanos.

Malos pronósticos tienen en Génova también para las europeas, donde, según encuestas internas, el candidato naranja, Luis Garicano, pisa los talones a Dolors Montserrat, y ambas formaciones se mueven en torno a los 10 eurodiputados.

REUNIÓN DEL COMITÉ EJECUTIVO EL LUNES

Casado ha convocado para el lunes un comité ejecutivo nacional para analizar los resultados; no ha pedido una reunión de la junta directiva, que ahora forman 309 personas (la dirección, los barones y presidentes autonómicos, senadores, diputados, europarlamentarios, 30 vocales elegidos en el congreso y alcaldes de municipios de más de 50.000 habitantes, entre otros), y donde el riesgo de rebelión es más fácil. De hecho es en ese órgano donde se acaba votando una gestora y hasta un congreso extraordinario.

El comité, en cambio, está constituido por 90 personas (la dirección y los dirigentes autonómicos, principalmente) y Casado tiene mayor capacidad de controlar los riesgos. No obstante, según algunos de los miembros del comité, si el domingo se repite el descalabro, en esa reunión ya quedará patente la grave crisis del partido, tapada en cierta manera hasta ahora para no perjudicar la ‘segunda vuelta’ electoral. Porque pese al cierre de filas reclamado en varias ocasiones por el propio presidente de la formación en estas cuatro semanas entre comicios y comicios, tanto Feijóo como el líder del PP vasco, Alfonso Alonso, y en menor medida el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, han lamentado que Casado haya abandonado el discurso de centro y haya virado a la derecha.

RECUPERACIÓN DE UNA PARTE DE VOTOS DE VOX

El equipo del presidente popular confía en que tras constatar el 28-A que la división del voto en la derecha ha beneficiado a Pedro Sánchez haya algunos electores que vuelvan a la “casa madre del PP”. Según los sondeos internos que maneja Génova, a principios de semana un 25% de las personas que apostaron por Vox en las generales tenía previsto cambiar al PP el 26-M, aunque ese porcentaje ha caído hasta el 15% después de la sesión constitutiva de las Cortes, en la que los diputados ultras protestaron airada y sonoramente contra los diputados independentistas. Vox sigue explotando el reto soberanista catalán y este viernes cerró su campaña en las puertas del Supremo, donde se está juzgando a los líderes del 1-O.