Sorpresa mayúscula en Holanda. Como anticiparon los sondeos el pasado jueves, el gran ganador de las europeas han sido los socialdemócratas (PvdA), un partido que hasta ahora encadenaba decepciones. Capitaneados por Franz Timmermans, candidato a presidir la Comisión Europea por la familia roja, la formación obtuvo el 18,1% de los votos que le otorgan cinco escaños, dos más de los que tenía hasta ahora.

Este giro ha permitido a los laboristas avanzar a los liberal-conservadores (VVD) del primer ministro Mark Rutte, que se quedan con un 15% y cuatro escaños. Los socioliberales (D66), que en el 2014 fueron los más votados, se deshinchan con el 6,3% de las papeletas y dos escaños y los democristianos (CDA), que fueron los que obtuvieron más escaños, lograron ayer el 12,3% de los votos y mantienen cuatro diputados.

El principal perjudicado en estos comicios es sin duda el Partido por la Libertad (PVV). La hasta hace poco poderosa formación del populista e islamófobo Geert Wilders, miembro de la alianza ultranacionalista con Salvini y Le Pen, sufrió ayer un duro revés y pasó de cuatro a un único escaño y un 4,1% de los votos. Sin embargo, la ultraderecha no decae, sino que se transforma. La debacle del político de melena oxigenada se compensa así con la irrupción de Foro por la Democracia (FvD), capitaneado por el joven Thierry Baudet, que entra en el parlamento con un 11% y tres eurodiputados.