Los seis candidatos a presidir la Comisión Europea confrontaron anoche sus posiciones en el único debate en el Parlamento Europeo antes de las elecciones del 26 de mayo. Emitido por Eurovisión, el debate fue su carta de presentación ante el electorado. Durante hora y media los aspirantes a suceder a Jean-Claude Juncker debatieron sobre el futuro de la UE y abordaron temas como la inmigración o el brexit.

Si nos atenemos a los sondeos, ninguno de los candidatos suscita pasiones ni siquiera en la burbuja europea, por lo que el resultado final de quien será el próximo presidente de la Comisión Euroepa sigue siendo de lo más incierto. Si no hay consenso entre los partidos, los líderes podrían optar por una alternativa como la del negociador jefe del brexit, el francés Michel Barnier, el político que más ciudades ha visitado en los últimos años y que se ha ganado la confianza de la Eurocámara.

Más allá de la opción de Barnier, que asegura no competir por el puesto, el candidato que a priori parte como favorito, según lo sondeos, es el alemán Manfred Weber, de 46 años, que se postula por el Partido Popular Europeo (PPE) y que ayer durante el debate dijo aspirar al comienzo de una «nueva Unión Europea, a un era de optimismo». A pesar de contar con el apoyo de la cancillera Angela Merkel, la falta de experiencia ejecutiva de Weber, así como de carisma, juegan en su contra. Eso y que sigue siendo un gran desconocido: solo el 26% de los alemanes saben quién es.

Tampoco el candidato de los socialdemócratas, el políglota Frans Timmermans -habla holandés, inglés, francés, italiano, alemán y ruso- parece contar con muchas más posibilidades de aunar el consenso. En contra del holandés, de 57 años, juegan los sondeos más recientes que auguran que el Partido Socialista Europeo (PSE) quedará en segundo posición. Y, sobre todo, sus duros enfrentamientos con varios países de Europa del Este, sobre todo Hungría y Polonia, lo que le ha granjeado enemigos. Timmerman habló ayer de la necesidad de construir una «Europa fuerte y reformada». Defendió llevar a cabo políticas que «garanticen la igualdad de género y que protejan el medio ambiente».

En términos similares se expresó la representante del Partido de la Alianza de los Liberales Demócratas por Europa (ALDE), Margrethe Vestager, una de las dos mujeres en la contienda, clave si los gobiernos respetan el equilibrio de género, y de pertenecer a un grupo que tiene previsto refundarse en uno nuevo, posiblemente con la incorporación de ‘En Marche’ del presidente francés, Emmanuel Macron, que previsiblemente ejercerá de bisagra en el nuevo Parlamento.

La otra mujer que aspira a suceder al actual presidente de la Comisión Europea es Ska Keller, candidata del Partido Verde Europeo. Alemana de 38 años, Keller es la única de los seis nominados que ya concurrió como candidata en el 2014. Activista medioambiental y eurodiputada desde el 2009, considera que el mayor reto al que se enfrenta Europa es el cambio climático.

En el extremo ideológico opuesto a los Verdes está la Alianza de los Reformistas Conservadores (ACRE), que tienen al checo de 55 años, Jan Zahradil. De este grupo forman parten los conservadores británicos y los polacos del Partido Ley y Justicia (PIS). Zahradil es eurodiputado y presidente de ACRE cuya continuidad no está clara ya que podría terminar desapareciendo o sus integrantes formar un nuevo grupo euroescéptico. Este es el grupo con el que ha tenido contactos Vox.

El último de los nominados a presidir la Comisión es Nico Cué, que concurre como candidato del Partido de la Izquierda Europea. Cué es un sindicalista belga de origen español y nacido en Asturias, como recordó ayer.