El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, pidió ayer en Córdoba «un voto coherente con el pasado 28 de abril» porque «si para España votamos futuro, para Córdoba tenemos que votar también futuro y avance y no dar ni un paso atrás». Sánchez, en un acto en la Casa de las Campanas en el que participaron la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, y la secretaria general del PSOE en Andalucía, Susana Díaz, dijo que no hay que confiarse e ir a votar y avisó de que a «la derecha le da igual lo que hayan dicho los españoles el 28 de abril, sigue proponiendo lo mismo, que si suman gobernarán» y «restarán derechos, libertades y oportunidades a los cordobeses» y «eso no lo podemos permitir, tenemos que movilizarnos, con la misma convicción, ánimo y con la misma orientación». «Si queremos hacer avances», subrayó, «necesitamos ayuntamientos y administraciones como las diputaciones provinciales que compartan esos objetivos y por eso hay que votar el 26 de mayo al PSOE, para que el avance sea más rotundo».

FOTO HISTÓRICA/ Sánchez, que vino a Córdoba a arropar a la candidata del PSOE a la Alcaldía y actual alcaldesa, Isabel Ambrosio, se mostró orgulloso de la foto que brindó la constitución de las Cortes Generales «con más mujeres de la historia de la democracia y del continente europeo». En este sentido, animó a andaluzas y cordobesas a sacar de nuevo una «tarjeta roja a todos los que quieren sumar para restar en derechos y libertades», a la «involución, a la desigualdad y a la corrupción que proponía la derecha y sus tres siglas» -en referencia a PP, Cs y Vox-. «Con la ultraderecha», indicó, «ni a la vuelta de la esquina». En alusión a los retos a los que se enfrenta en la nueva legislatura, el presidente admitió que «tenemos 123 escaños y necesitamos muchos más» pero garantizó que «la vocación de diálogo que tenemos nos va a permitir articular mayorías» para sacarlos adelante.

Durante su intervención, la vicepresidenta incidió en que «esta ciudad no puede volver de ninguna de las maneras a manos de una derecha antigua, elitista y retrógrada». Calvo, que al igual que Díaz, tuvo palabras de elogio hacia Ambrosio, destacó de ella su «valentía política» y aseveró que «nunca se planteó que era una alcaldesa de paso, ni breve, era la alcaldesa de mirada larga para Córdoba», que «vino para quedarse». «Estamos todos contigo y para ti y tú para Córdoba, no hay mejor ticket para ganar unas elecciones», le dijo.

Susana Díaz, Pedro Sánchez e Isabel Ambrosio, ayer en el patio de las Campanas. Foto: A.J. GONZÁLEZ

Por su parte, Susana Díaz, animó a «rematar la faena» del 28 de abril, pero sin relajarse porque «la derecha vuelve, y están rabiosos porque no han asumido todavía que este país le dio una lección». Díaz se mostró convencida de que Ambrosio seguirá siendo alcaldesa para que «Córdoba sea una pieza clave en Andalucía» y animó a votar con el «único instrumento útil», que «es el PSOE y quien no quiera el trifachito en Córdoba, solo tiene una opción, votar al PSOE y a Isabel Ambrosio el domingo», ya que «es la única que puede pararlos». Al igual que Calvo, advirtió de que, «si no quieren que Córdoba caiga en manos de esa derecha retrógrada, egoísta, cruel, antigua, muy antigua, que nos va a llevar a otros tiempos, tienen que votar a Isabel».

La alcaldesa, que también pidió el voto para el PSOE para «frenar a la derecha», mostró el deseo de mantener «el sueño» cumplido, que «no se queda aquí», ya que «toca plantarnos con nuevos objetivos para los próximos cuatro años», como la «creación de empleo digno, la mejora de los barrios, la defensa de los derechos sociales y de la prestación de servicios desde lo público y mantener las señas de identidad» del «feminismo, la participación ciudadana, la interculturalidad, la sostenibilidad y la tolerancia». Además de hacer balance de su gestión y de afirmar que «Córdoba está mejor que hace cuatro años, le duela a quien le duela», admitió que el Ayuntamiento tiene que «ser más ágil», de ahí que aprovechó para exigir a Sánchez «revertir la dichosa ley de racionalización y sostenibilidad» de la administración local, ya que «los ayuntamientos somos mayores de edad, hemos cumplido» y «nos merecemos ese reconocimiento».