El Partido Popular y Ciudadanos iniciarán hoy mismo la primera ronda de contactos para formar gobierno en Córdoba y cambiar el rumbo de una ciudad que ha estado dirigida por el Partido Socialista e Izquierda Unida los últimos cuatro años. El líder de los populares y alcalde en ciernes, José María Bellido, confirmó ayer su intención de ponerse en contacto con la candidata naranja, Isabel Albás, y ninguno de los dos cerró la puerta a alcanzar acuerdos con Vox. La suma de los partidos de la derecha (9 PP, 5 Cs y 2 Vox) supera el rubicón de la mayoría absoluta del Pleno (situada en 15 concejales), aunque parece más probable que se selle un acuerdo a la andaluza, con la formación de Santiago Abascal apoyando solo la investidura. Los de Vox han dado ya un aviso a navegantes: no harán nada a cambio de nada, porque el bastón de mando de la Alcaldía tiene un precio.

Hay un tercer escenario menos probable, en el que si las negociaciones con los de Albert Rivera no llegasen a buen puerto, el PP estaría dispuesto a gobernar incluso en solitario.

En cualquier caso, el posible pacto que se cierre en la capital cordobesa se hará bajo la supervisión de las direcciones nacionales de PP y Cs, tal y como se conoció ayer mismo. Los primeros han configurado ya un comité negociador integrado por su secretario general, Teodoro García Egea; el vicesecretario de Organización, Javier Maroto, y la diputada Ana Beltrán, que representará a Génova en las negociaciones territoriales, donde estarán presentes los representantes municipales, como se hizo en Andalucía.

Cs, por su parte, constituirá también un comité nacional de negociación, que está previsto que se reúna hoy por primera vez, y que irá decidiendo «caso por caso» en toda España. El partido naranja ha modulado su mensaje respecto a Vox, y aunque su preferencia sigue siendo gobernar sin él, ahora la formación de ultraderecha ya no es una línea roja para ellos. «Daremos la bienvenida a todos los que sumen por Córdoba», declaró ayer una exultante Isabel Albás.

Mientras el bloque de la derecha comienza a organizarse para gobernar (la toma de posesión será el próximo 15 de junio), la izquierda trata de recomponerse tras los resultados del domingo, que dieron 8 concejales al PSOE (sube uno) y 3 a IU (baja otro), que pierden la Alcaldía, y 2 ediles a Podemos, que entra por primera vez con marca propia en Capitulares.

La alcaldesa en funciones, Isabel Ambrosio, rehusó hacer ayer declaraciones públicas durante la recepción que ofreció el Ayuntamiento a los mayores en la Caseta Municipal. Allí se encontró con José María Bellido, al que volvió a felicitar por su victoria, aunque --como contó el dirigente popular-- la noche electoral ya se habían intercambiado varias llamadas. El carácter de ambos dirigentes hizo de este encuentro, difícil sobre todo para los perdedores y observado desde muy cerca por los medios, un magnífico ejemplo de fair play democrático.

Desde la sede del PSOE sí se hizo ayer una lectura de los resultados del 26-M, tras ser de nuevo la fuerza más votada en la provincia. El secretario general de los socialistas cordobeses, Antonio Ruiz, expresó su deseo de continuar al frente de la Diputación de Córdoba, para lo que tendrán que negociar de nuevo con IU. Además, se mostró «convencido» de que la dirección de Ferraz y la del PSOE cordobés coincidirán en el criterio de a quién situar en la presidencia de la institución provincial, aunque la experiencia con la confección de las listas a las municipales y la pugna con la dirección nacional evidenció que los de Pedro Sánchez están dispuestos a plantar batalla en territorio andaluz y a coger las riendas en las instituciones (diputaciones incluidas). La posibilidad de que sea Isabel Ambrosio, y no el alcalde de Rute, la candidata de Ferraz a presidir la Diputación está ahí.

Donde no había muchas ganas de fiesta era en IU, que cosechó el domingo el peor resultado de su historia en la capital. El candidato, Pedro García, tampoco quiso hacer ayer declaraciones, mientras que sus compañeros se reconfortaron con los resultados de IU en la provincia, donde han obtenido la mayoría absoluta en 10 localidades y mantienen el tipo pese al desplome de la coalición y su confluencia con Podemos en el resto de España.