En el hotel Córdoba Center se vivió ayer con euforia la victoria del PP en las elecciones municipales de Córdoba, que conducirá a José María Bellido, cabeza de lista del partido, a la Alcaldía después de cuatro años de gobierno de PSOE e IU. «A partir de esta noche o mañana, empezaré las conversaciones con el resto de fuerzas políticas para que haya un gobierno estable y de cambio. En las circunstancias en las que se dé, en los próximos días las veremos», avanzó en su atención a los medios de comunicación, que realizó después de dirigirse a los interventores, apoderados, simpatizantes y afiliados reunidos en este establecimiento para seguir el escrutinio.

El ambiente fue muy distinto al vivido en la noche del pasado 28 de abril, cuando esta formación cosechó el peor resultado de su historia en unos comicios legislativos. Los presentes acogieron con alegría el vuelco electoral (al principio de la noche, el PSOE partía como ganador) y celebraban cada avance. Cuando José María Bellido salió a saludarlos, le ovacionaron y lo aclamaron como «alcalde». Este afirmó que «los cordobeses han pedido que haya un cambio y que lo lidere el PP», por lo que «ahora nos toca gobernar». A esto añadió que «voy a ser un alcalde para todos, sin mirar colores». Visiblemente feliz, señaló que «hemos remontado, vaya que si hemos remontado», y agradeció su trabajo y apoyo a los compañeros del grupo municipal, su familia, los afiliados y los cordobeses que acudieron a votar, especialmente, a los que le respaldaron, anunciando que «no vamos a defraudaros».

En sus palabras a la prensa, el cabeza de lista del PP subrayó que «hay una amplísima mayoría de cambio» y, consultado por si preferiría un bipartito con Cs o un tripartito en el que entrara Vox, aclaró que «no puedo hablar por el resto de fuerzas», pero puntualizó que «exijo que primemos la estabilidad de un gobierno que en los próximos cuatro años pueda trabajar y llevar a cabo esas reformas y proyectos necesarios para nuestra ciudad». Acerca de cuál será su primera decisión urgente, explicó que «lo importante es alcanzar acuerdos, que tienen que pasar también por empezar a sentar las bases de un plan estratégico de ciudad para los próximos diez o quince años». Así, concluyó que «mi misión es dejar un rumbo fijo para que, gobierne quien gobierne, tengamos claro hacia dónde tiene que ir nuestra ciudad».

De otra parte, sobre la pérdida de dos concejales respecto a las últimas municipales, reivindicó «que todas las bajadas sean como esta, hemos ganado las elecciones», y detalló que, en comparación con las últimas generales y autonómicas, «hemos mejorado muchísimo».