Última llamada de Pablo Iglesias a los votantes socialistas para que se suban al tren de Unidas Podemos mañana. El líder morado espera dar la sorpresa en las urnas y volver a poner en evidencia a la demoscopia que, asegura, les han dado por muertos más de una vez. Apelando, por última vez en esta campaña electoral, a la Constitución y presumiendo un pacto entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y los de Albert Rivera, Iglesias lanzó un último grito a los indecisos de la izquierda y a los descontentos con la política. De ellos dependerá la fuerza negociadora de Unidas Podemos en el Congreso y, además, el futuro del secretario general al frente del partido.

Los ejes clave sobre los que Unidas Podemos ha estructurado su estrategia volvieron a esta presentes este viernes en el anfiteatro al aire libre del parque lineal del Manzanares, en Madrid, el acto más multitudinario de la campaña. Ante 6.000 personas, según la organización, Iglesias volvió a atacar a los poderosos, a alentar el miedo a un acuerdo entre socialistas y liberales y a leer los artículos de la carta magna que dice que no se cumplen. Cerró así dos semanas en las que ha ido de menos a más, creciéndose con el paso del tiempo, sobre todo, a partir de la celebración de los debates de RTVE y AtresMedia en los que trató de alejarse de las discusiones y del clima de crispación predominante.

Iglesias volvió a buscar el voto de los que tienen pensado votar a Sánchez, a los que pidió diferenciar entre «los envoltorios sin contenido» y aquellos que traen garantías para aplicar políticas de izquierdas. Después, esgrimió que la papeleta de Unidas Podemos supone un «voto doble» para frenar a la derecha de PP, Cs y Vox y para implantar un programa progresitas, buscando convocar a las urnas a los indecisos. Finalmente, sentenció que «el domingo es un día extraño porque ese día el voto de cualquiera vale igual que el voto de Botín, que el de Florentino Pérez y que el de Villar Mir», un guiño a los desencantados con la política. En manos de estos votantes queda ahora la posibilidad de una mayoría progresista y cuál será el papel futuro de Iglesias en el partido.