Madre, política y empresaria. María de la O Redondo (lucentina de 47 años de edad) entró en la política con el objetivo de «hacer las calles de Lucena más baratas y de mejor calidad», y fue fundadora y gerente de una cementera, aunque tuvo que cesar en este cargo al acceder al Parlamento andaluz como diputada.

Al pedirle que se defina, en primer lugar afirma que es «madre» de cuatro hijos y «me encanta», pero también señala que «me considero una persona muy feliz, muy feliz con el trabajo, el de ahora y el de mi fábrica». En este sentido, comenta que «uno no sabe la capacidad que tiene hasta que no se va encontrando un obstáculo» y abunda en que «jamás pensé que iba a llegar al Parlamento (autonómico) y que pudiera ir de número dos al Congreso». Con esta candidatura, admite que «no soy consciente de dónde me meto, porque es una política muchísimo más agresiva y entiendo que no hay que ser agresivo para conseguir las cosas». En su currículo sobresale, además de lo citado, su paso por el Ayuntamiento de Lucena.