El alumnado de 5º de Primaria del CEIP Mirasierra, ubicado en la zona de Electromecánicas, ha realizado con éxito un taller del famoso Cubo organizado desde el área de matemáticas. La maestra que lo imparte, Almudena Salinas, lo presentó a los chavales como «un vídeo donde ellos eran los protagonistas, a modo de héroes y heroinas, que lograban resolver el gran enigma». La aceptación que obtuvo no pudo ser mejor. Según la docente se trata de una propuesta educativa que motiva mucho al alumnado especialmente ante materias que, a priori, pueden ofrecer cierto rechazo, como es el caso de las matemáticas.
Pero lejos de la complejidad que pueda aparentar este juego, lo cierto es que el Cubo de Rubik destaca por ofrecer numerosos beneficios en la enseñanza. Tal y como explica Salinas, con éste se mejora la memoria y la retención, «ayudando a los niños a adquirir conceptos de habilidad matemática ya que aprecian tamaños, direcciones y relaciones espaciales».
Asimismo, aprenden a reconocer elementos en el espacio, destacando como herramienta de superación y esfuerzo que además fomenta el compañerismo. «Cuando un niño logra acabar su cubo, acude con ilusión a sus compañeros para prestarles su ayuda», especifica la maestra.
Intentar resolver el cubo también ayuda al alumnado a desarrollar la creatividad ya que es necesario buscar diferentes soluciones con el fin de lograr finalizar el rompecabezas con éxito. Ésto, a su vez, permite mejorar la capacidad de resolución de los niños, logros que podrán trasladar a otros aspectos del currículum académico y personal.
Fomentar la paciencia y la perseverancia así como la atención y la concentración son otros de los beneficios que concede este juego que también impulsa la ejecución de estrategias. Para Almudena Salinas, la experiencia ha sido sumamente positiva en tanto que «ver a los alumnos en el recreo, intentando solucionarlo, ha sido algo inolvidable porque se ve que la actividad les ha llegado y les ha enganchado». Tanto es así que el próximo curso ya piensa en repetir el taller.
