Hoy hace cinco días desde que los hermanos Valeria y Juan Luque volviesen a sus clases en el Colegio Británico. El momento fue dispar. Ella, de 7 años y alumna de Year 3 (equivalente a 2º de Primaria), estaba nerviosa y hasta preocupada porque, después de tanto tiempo sinpisar el aula, «no sabía cómo iba a estar el cole con todas las medidas de seguridad». Pero fue llegar y comprobar que, a pesar de los meses y el virus, todo seguía en su sitio. Juan, un año menor, se mostraba tranquilo aunque contrariado por tener que usar la mascarilla durante todo el día «porque hace mucho calor». Pero fue ver a sus compañeros y olvidarse de los inconvenientes de llevar todo el día la boca tapada.

Inma Bujalance cursa sus estudios de Grado Superior de Marketing y Publicidad en el IES Luis de Góngora. Hasta pocos días, antes del inicio del curso, todo eran dudas, «no sabíamos si las clases serían presenciales o a distancia o incluso desconocíamos el protocolo de seguridad». Según explica, toda la información que recibían eran a través de la página web del centro por lo que echaban de menos, sus compañeros y ella misma, que los profesores no se hubiesen puesto en contacto con ellos para aclararles dudas. «Me gustaría que a los grados nos hiciesen ir solo lo imprescindible pero dudo que tomen esa decisión porque como en el centro hay alumnos de ESO, al final nos tratan a todos igual, no diferencian entre adultos de las tardes y niños de las mañanas», se queja.

Pablo Baena cursa 1º de Bachillerato de Ciencias en el IES Alhakén. Él tiene muy claro que «el año pasado la situación solo afectó al final del curso pero, en cambio, esta vez vamos a sufrir los estragos del covid todo el año». Echa también en falta la poca información que están teniendo, por lo que «las medidas que se adopten tienen que aplicarse lo más pulidas posibles pues una vuelta a las clases telemáticas sería un desastre para niños y adolescentes». Piensa que cualquier mínimo fallo de organización o cabo suelto se va a percibir más que nunca por lo que se debería haber comunicado el plan escolar con mayor rapidez y eficacia aunque concluye que, de momento, no va a ser así. Nerea y Roberto Ramírez son también hermanos. Ella cursa 5º de Primaria en el CEIP Ciudad Jardín y ha recibido con entusiasmo el regreso porque según dice «es mejor recibir las explicaciones del profesor en persona, incluso hacer ejercicios allí con el resto de compañeros porque es más fácil para resolver las dudas», y es que el confinamiento y las clases telemáticas se le han hecho un poco largas. También no poder estar y jugar en el recreo con sus compañeras, otro punto a favor de esta ansiada vuelta.

Roberto entra hoy a 2º de ESO en el IES Alhaken. Él se lo toma con absoluta normalidad y tranquilidad, aunque se muestra un poco preocupado porque está convencido de que las tareas este año van a ser más difíciles. Al contrario que su hermana, prefiere las clases a distancia aunque echa de menos a sus amigos, a algunos profesores y, por supuesto, el recreo.