María Angustias Sánchez es profesora de Pedagogía Terapéutica, dando clases al alumnado de necesidades educativas especiales en sus comienzos, en la Educación Primaria, y actualmente, en Secundaria en el IES Santa Rosa de Lima.

-¿En qué consiste un aula de convivencia?

-Es un instrumento de mejora de las relaciones interpersonales que se utiliza principalmente para prevenir las conductas contrarias a la convivencia y disminuir los conflictos que se pueden dar en el marco de la escuela propiciando una educación en valores. A su vez, es un espacio físico, atendido por profesorado del centro con una formación adecuada, que va a permitir reflexionar al alumnado cuando ha cometido un error que le ha llevado al aula, intentando mejorar y reconducir su conducta.

-¿Qué objetivo tiene?

-El objetivo prioritario consiste en ofrecer una alternativa a la expulsión al alumnado con problemas para aceptar las normas, al tiempo que le damos la posibilidad de reflexionar sobre su conducta y reconducirla o repararla. Se pretende que el propio alumno tome conciencia y se responsabilice de sus propias acciones, y comprenda las consecuencias que para él mismo y los demás pueden tener, aprendiendo técnicas de autocontrol y de resolución pacífica de conflictos, aumentando su autoestima... en definitiva, dotarlo de las herramientas adecuadas que le permitan establecer relaciones satisfactorias con sus compañeros, profesorado y evitar conflictos.

-¿Qué criterios debe cumplir un alumnado para que sea atendido en un aula de convivencia?

-Acude al aula de convivencia el alumnado que ha sido sancionado con dicha medida, normalmente por incumplimiento reiterado de las normas de convivencia y después de haber fracasado otras medidas que se realizan previamente: hablar con la familia, elaboración de contratos de buen comportamiento, etc.

-¿En qué se basa el trabajo que se realiza con el alumnado?

-Tenemos un protocolo establecido que puede variar dependiendo del alumnado. El profesorado responsable del aula actúa individualmente con el alumno infractor. En primer lugar, mantiene un diálogo sobre el conflicto que ha dado lugar a la sanción, permitiéndole expresar cómo se siente. Ello nos va a permitir conocer los motivos que le han llevado a actuar de forma inadecuada y el grado de responsabilidad que el propio alumno se otorga, lo que nos da la posibilidad de ir reconduciendo la sesión en función de los objetivos. En segundo lugar, el alumno realiza por escrito una actividad relacionada con el conflicto que se pretende resolver. Por último, es interesante leer la actividad que acaba de realizar y analizarla conjuntamente, invitando de nuevo a una reflexión más profunda y a la toma de decisiones futura.